Max Eriksson es un realizador de documentales sueco afincado en Estocolmo. Originario de Helsingborg, en el sur de Suecia, Max se interesó por la fotografía a una edad temprana. Su interés por las artes visuales es lo que lo llevó a convertirse en estilista de moda. En este puesto, lo que Max encontró más gratificante fue crear imágenes de moda basadas en la construcción de personajes y contar historias, en lugar de centrarse en las tendencias. Sus clientes iban desde artistas musicales hasta revistas de moda y desfiles de moda.Max ha dirigido los cortos documentales Tivoliland (2013) y Shut Eyes (2011). The Scars of Ali Boulala es su primer largometraje.
El Festival Internacional de Cine de Guanajuato