Twin Peaks

David Lynch y Mark Frost protagonizan un juego de personajes extraños totalmente convincente y con un estilo increíble con el telón de fondo del misterioso asesinato de una chica de instituto. Lo que al principio parece un caso detectivesco ordinario de un pueblo de montaña se convierte poco a poco en un misterio nebuloso con una atmósfera tan densa que se puede cortar. Y el agente Dale Cooper de MacLachlan es uno de los personajes mejor escritos de la historia de las series, y esa Twin Peaks de excelentes personajes abarca toda la gama. (18.02.2020)

Aquí llega la inevitable diversificación y ampliación de la mitología establecida por la excelente primera serie. Los viejos personajes se ven envueltos en situaciones cada vez más extrañas y se introduce toda una nueva gama de personajes, y con más episodios llegan nuevos directores y estilos creativos, lo que, junto con las intervenciones de los productores, lleva a una ligera «suavización» de la trama. Y justo cuando piensas que se está volviendo demasiado televisivo, David Lynch vuelve a la silla de director y lanza literalmente una bomba con el último episodio, lanzando los personajes y temas de Twin Peaks por todas partes hasta hacer que tu cabeza de vueltas. Es difícil describir lo frustrante que fue ver este final hoy, cuando no hubo una tercera serie durante muchos años. (18.02.2020)

Si en la segunda serie David Lynch detonó una bomba en Twin Peaks, dispersando a todos los personajes y motivos en todas las direcciones, aquí lanza una bomba nuclear directa (literalmente) sobre la trama, por lo que puede pasar cualquier cosa. Ya no se trata de un viaje al conocido Twin Peaks. Este es un viaje a la mente totalmente inescrutable de David Lynch. Y al mismo tiempo, dieciocho horas de una producción televisiva sin precedentes, dudo que nadie produzca nunca algo más extraño y loco. A menos que fuera Lynch de nuevo y volviera a Twin Peaks por última vez. De verdad que me gustaría. (05.09.2017)