El ladrón de bicicletas

Antonio Ricci es uno de los miles de obreros en paro que malviven en la arruinada Roma de posguerra. Una luz de esperanza surge en su vida al conseguir trabajo pegando carteles publicitarios en las paredes de la calle. La única condición para empezar a trabajar es que tenga una bicicleta que le permita llevar los carteles y desplazarse rápidamente por la ciudad. María, su mujer, empeña la ropa de cama, para poder recuperar la bicicleta que previamente habían tenido que empeñar. El primer día de trabajo, mientras Antonio está pegando un cartel de la película “Gilda”, le roban la bicicleta, su imprescindible herramienta de trabajo. Antonio recorre la ciudad tratando de localizar su bicicleta, incluso logra ver al ladrón, que logra escabullirse entre el gentío. Un día que pasea acompañado por su hijo Bruno de siete años, el desesperado Antonio decide apoderarse una bicicleta estacionada en la calle. (Divisa Home Video)