La noche de los mil gatos

Alguien filmó algo, y algo montó a partir de ello. La idea tiene sentido, es simpáticamente bizarra y pueden verse como una crítica al capitalismo (el machismo del protagonista y sus raíces en una familia rica le dan un sentido de superioridad, las demás personas son carne para que él juegue). Sin embargo, en cuanto a la dirección, es una película de serie B pura y en cuanto al montaje es casi una película de Ed Wood. Los planos de cientos de gatos maullando en una gran jaula se cortan por todas partes en la trama, cuando el protagonista solo está pilotando un helicóptero o sus sensuales presas tumbadas junto a sus piscinas. Como los cortes de las ranas que saltan en la hierba en una película de terror Ranas. La imaginación desbocada y un tanto creativa de los cineastas y la poética trash crean algo oscuro, entretenido e imprevisible. Con más escenas de sexo, asesinatos más descarnados (no solo estrangular) y gore (víctimas desmembradas antes de dárselas de comer a los gatos), podría haber sido un referente de la exploitation. (08.05.2020)