Director:
Вадим ПерельманGuión:
Вадим ПерельманCámara:
Roger DeakinsMúsica:
James HornerReparto:
Jennifer Connelly, Ben Kingsley, Ron Eldard, Kim Dickens, Shohreh Aghdashloo, Carlos Gómez, Frances Fisher, Marco Rodríguez, Ashley Edner (más)Sinopsis(1)
Dos personas arrastradas a tomar medidas desesperadas para apropiarse de una casa. Se trata sólo de un pequeño bungalow en el norte de California, pero para Kathy Nicolo, es el último vestigio de esperanza en una vida que casi pierde por su adicción a las drogas. Cuando un error burocrático le obliga a desalojar la propiedad por una orden de deshaucio, Kathy se queda en la calle, incapaz de impedir que la casa sea subastada por una fracción de su valor real. El nuevo dueño, Massoud Amir Behrani, ve la casa como la consecución del sueño americano que lleva persiguiendo desde que salió de Irán con toda su familia años atrás. Antiguo coronel de las Fuerzas Aéreas Iraníes, Behrani se ha visto obligado a trabajar en empleos muy modestos para poder mantener las apariencias. Ahora ha invertido hasta el último céntimo de sus ahorros en la compra de la casa que, por fin, devolverá a su familia la prosperidad que vivieron en el pasado.A medida que la batalla entre Kathy y Behrani por la casa se va encrudeciendo, Kathy encuentra un inesperado aliado en el funcionario que viene a desalojarla, el ayudante del sheriff Lester Burdon, que se convierte en un peligroso devoto de su causa. En medio del huracán están atrapados la esposa de Behrani, Nadi, y su hijo, Esmail.Lo que empieza como un conflicto sobre un pequeño y destartalado bungalow, degenera en un choque de culturas que acabará afectando de manera irreversible a todos los involucrados hasta el inevitable y terrible clímax final. (Filmax)
(más)Reseñas (4)
Un estudio de personajes melancólico y lento, que se convierte al final en una catarsis emotiva llena de lágrimas. La película está impulsada no sólo por los magníficos actores, sino también por la delicada e íntima dirección de Roger Deakins, la hipnótica música y la exuberante y sombría fotografía. Una pequeña película íntima con una gran idea. P.S.: De las escenas eliminadas incluidas en el DVD, sin duda habría vuelto a incluir en la película el «desayuno árabe vigilado»: complementa al personaje del joven policía, que es el único de la película que no funciona al 100%.
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This is exactly the genre that Europeans know how to make better... The film was interesting to me as a psychological drama, a conflict between two completely different personalities (either by nature or by value scale), and unfortunately in the second half, it approached (especially when it came to shooting and the character of the young policeman) the methods of typical American crime thrillers. Connelly is certainly a good actress, but I couldn't shake the feeling that she had just stepped off the set from a different studio – she simply didn't fit the role of a cleaning lady for me... On the other hand, Ben Kingsley and his whole Persian family were convincing. If Vadim Perelman was trying to present Nicol even partially as a victim of the system, it didn't work for me. She was only a victim of her own carelessness, and I couldn't identify with her as a protagonist in any way. Overall impression: 60%.
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The direction is very restrained and the editing is tepid. The whole movie is filled with a peculiar suffocating atmosphere that only enhances the overall experience. There are a few deaf spots and at times it seems to be too long, but it doesn't significantly detract from the film's qualities. It's quite a depressing thing that requires the right mood and a desire to discover something new from a filmmaking perspective.
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A beautiful and moving story, unfortunately driven to unrealistic (cinematic) extremes towards the end, which in my opinion detracts from its authenticity. Perelman proves with panache that even very simple material can be handled deftly, and his understated, eye-pleasing direction begs for an individual award. However, the main star is not the Ukrainian filmmaker, but the beautiful Connelly and, above all, the amazing Ben Kingsley, who again defines natural and precise acting. It's a real shame that Perelman got so carried away by the overseas trend, according to which a film's finale must be full of tears and psychological pressure; those great actors deserved better. 80%
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