An Elephant Sitting Still

Una obra maestra embriagadora que representa el mundo como un lugar cruel e injusto para vivir a través de historias poéticamente entrelazadas de cuatro personajes cuyas vidas se ven sacudidas por una serie de acontecimientos fatídicos. Todos los protagonistas (una chica de diecisiete años que vive un momento amargo con su madre, su compañera de clase, que accidentalmente lanza a otra compañera por las escaleras, casualmente el hermano del dueño de la sala de billar, que presencia el suicidio de su mejor amigo y un anciano que es una carga para su familia en un pequeño departamento) comparten la misma indiferencia pasiva y resignación y se manifiestan activamente solo en momentos críticos de peligro, y aun así, sus acciones suelen tener consecuencias (auto)destructivas. La película, que acompaña el aura de la imagen y cuyo director debutante se suicidó tras su finalización, también se puede tomar en este sentido como la clave para entender a una persona que está pensando en suicidarse, lo que no quiere decir que no existan motivos como esperanza o redención. En cualquier caso, Hu Bo fue un gran talento, filmó su película en una serie de tomas largas y cuidadas de forma increíble que están compuestas de diálogos complejos y de una continuidad ingeniosa. Actores civiles bien elegidos realizan actuaciones absolutamente precisas y perfectamente creíbles. La duración de cuatro horas es un obstáculo a primera vista, sin embargo, el trabajo que fluye constantemente y se narra lentamente puede atraer desde el primer minuto hasta el último, conforme pasa el tiempo se vuelve cada vez más interesante y revela constantemente nueva información y nuevos giros, poco a poco avanza hacia un final perfectamente construido, lleno de empatía y comprensión mutua. (01.07.2018)