Verotika

Tras su estreno, Verotika vino precedida de una desafortunada fama de ser algo así como el The Room de Wiseau en materia de terror. Y me atrevería a decir que es mucho peor que eso. Al parecer, el rockero Glenn Danzig decidió pasar de la música al cine tras cumplir 60 años, por lo que realizó una antología de terror basada en su propia obra de cómic. Actores terribles, montaje retrasado, trabajo de cámara trágico, efectos digitales horribles, un guion sin sentido ni progresión argumental, dirigida por un niño de cinco años, sexismo exagerado omnipresente: Verotika lo tiene todo. La película está compuesta por tres historias individuales que están conectadas por el segmento Morella: El personaje del título, con el rostro de la actriz porno Kayden Kross, le saca los ojos a una mujer atada en una cámara de tortura, se dirige a la cámara y comienza a contar historias que solo tienen una cosa en común: son absolutamente horribles. The Albino Spider of Dajette: Y comienza el paseo del ridículo involuntario. En un extraño giro, una modelo consigue encadenar a un demonio-araña que va por ahí asesinando y violando prostitutas mientras ella duerme. La historia se desarrolla en Francia por alguna razón innecesaria, por lo que todos los actores imitan los acentos franceses de forma horriblemente falsa. Y es realmente graciosísimo. Change of Face: Una stripper con cicatrices que responde al nombre de Mystery Girl asesina a mujeres por la noche y colecciona sus rostros cortados. Hay una evidente inspiración en la clásica película francesa Los ojos sin rostro de Georges Franju. Sin embargo, es una historia bastante repetitiva y aburrida con el investigador policial más incompetente del cine, frente al que incluso Jacques Clouseau es un detective de primera. Drukija Contessa of Blood: Puro sufrimiento. [LFŠ 2020] Mientras que las dos historias anteriores tenían al menos un atisbo de trama y argumento, eso no se puede decir de esta. Una variación tediosamente no narrativa de la historia de una condesa sangrienta que se baña en la sangre de las vírgenes, no ofrece más que largas tomas de la condesa chapoteando en un baño de sangre y luego mirándose largamente en el espejo. Durante esta parte de la película, la gente en el cine empezó a animar la película para que avanzara la trama. Pero no va a ninguna parte hasta el final. Verotika es de una ineptitud cinematográfica absolutamente colosal, muestra el exceso de confianza del director y su nula autorreflexión. No le mando a la basura solo por regodearme en el horror, pero objetivamente no es más que basura. [Sitges 2019] (05.10.2019)

A well-known problem of filmmaking impotence: The inability to keep the actors in the frame and the inability to move on from the frame (and when they finally do, it has to be a combination of dissolve and fade out). Tommy Wiseau and James Nguyen get a new major competitor for the throne of living archpriest of dreadful awkwardness and bombastic lack of reason. Watching Verotika alone makes you want to slit your wrists to end the misery (so it is actually an impressive work that penetrates reality with its motifs). But in a group, or preferably in a packed cinema at the Shockproof Film Festival, watching Verotika becomes an epic experience overflowing with bursts of laughter and instantaneous live commentary. In fact, the most wonderful thing about Verotika is how it manages to be surprising with what can be wrong with a film, and in this case, everything is absolutely wrong. (01.11.2021)

The American movie Verotika provides us with its own take on a horror anthology. I found Verotika to be rather repulsive, and I am not talking about the gore. Glenn Danzig is primarily a musician, and what he has produced is clearly an example of why he should stick to the day job, as his movie will only appeal to either die-hard fans or viewers who like really crap movies. (20.05.2020)