Director:
Jane CampionCámara:
Dion BeebeMúsica:
Angelo BadalamentiReparto:
Kate Winslet, Harvey Keitel, Sophie Lee, Pam Grier, Dan Wyllie, Dhritiman Chatterjee, Paul Goddard, Patricia Krenwinkel (arch.), Geneviève Lemon (más)Sinopsis(1)
Ruth Barron (Kate Winslet) es una inteligente y atractiva mujer que, después de viajar a la exótica India con su amiga Yvonne, queda gratamente sorprendida por la cultura del lugar, por lo que decide unirse a las enseñanzas del gurú Baba. Cuando Yvonne (Sophie Lee) regresa a Australia se pone en contacto con los padres de su amiga, a quienes comenta en qué situación se encuentra Ruth. Estos, inmediatamente, van en su búsqueda, con la intención de hacer que su hija regrese a casa. Una vez conseguido dicho objetivo contratan a P.J. Waters (Harvey Keitel), un consejero norteamericano que trabaja con aquellos que han sido atrapados por sectas religiosas, con la intención de que éste consiga que su hija sea la que era antes. En la soledad de una cabaña en medio del desierto australiano, el enfoque racional llevado a cabo por P.J. va, poco a poco, haciendo añicos las certezas de Ruth, incrementando así las posibilidades de recuperación. (Lauren Films)
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Reseñas (2)
Jane Campion es feminista, pero también una artista perspicaz. Su Holy Smoke es una oda acertada al tema del hombre fuerte que cae en el abismo de la atracción femme-fatale animal. En la película, la imagen, envuelta en colores cálidos, desempeña un papel importante, realzando la atmósfera bochornosa del desierto australiano, donde se desarrolla la (a veces bochornosa) historia en una pequeña playa aislada. Harvey Keitel es tan minimalista como siempre, pero ambas posiciones le quedan bien: el vaquero atildado con vaqueros negros y el perdedor destartalado con un vestido rojo de mujer. En cuanto a la interpretación, la película está liderada por Kate Winslet, la importancia de su personaje crece a cada minuto que la soberanía del héroe de Keitel disminuye. La película está cerrada y no le falta de nada. Aunque no es fácil dejarse llevar por ella, resulta difícil negar su originalidad narrativa y, en ocasiones, incluso su controvertida franqueza. Si hubiera abandonado la óptica del «art-wanna-be» y hubiera preferido una intimidad que convirtiera al espectador-voyeur en espectador-participante, podría haber sido inolvidable.
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Harvey Keitel might have been easy on the eyes and might have had the charm of an alpha male of a monkey troop, but here, he’s played in a movie that’s more of a farce than a drama. Basically, this movie has no clue what it wants to do. At first, it tells a story of an insane Kate Winslet who has an equally insane family and then in some scenes, it all goes silent to create a wannabe funny comedy effect.
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