Stanley

Es el tipo de película de terror basura que simplemente no se puede ver de forma continua hasta el final. Cuando la estamos viendo, unas cuantas veces tenemos que apartar la mirada por un minuto hacia la tableta, por ejemplo, para asegurarnos de que durante esos 100 minutos tan insignificantes del tiempo terrestre, no nos hemos perdido nada al menos tan interesante como esta película. La película tiene el potencial para ser de placer culposo, que sería más alto si el ritmo de narración fuera más rápido. Las actuaciones de los personajes secundarios y la cámara + edición en algunas escenas son un infierno imperdible. (27.10.2014)

Una historia disparatada sobre un veterano de Vietnam que, como antisocial con trastorno de estrés postraumático, se recluye en su casa en lo más profundo de los pantanos de Florida, siendo su única compañía las serpientes venenosas, a las que intenta proteger de los cazadores de serpientes locales. Sin embargo, estos no van solo a por las serpientes, por lo que se produce una desagradable pelea. Stanley tiene un cierto encanto salobre y un sólido ambiente de paleto sucio, pero al mismo tiempo tiene un ritmo tan rápido como el agua estancada y los 108 minutos son realmente demasiado para esta sencilla historia. Además la película trata de promover la coexistencia pacífica entre humanos y los reptiles salvajes y venenosos, pero la violencia explícita contra estas criaturas (los cineastas realmente podrían y deberían haberla perdonado) sabotea ese mensaje de fondo. (24.10.2020)