Sinopsis(1)

Un veterano mecánico ferroviario y un joven conductor luchan en una carrera contra reloj para detener un tren incontrolado sin conductor, como si fuera un misil del tamaño de un edificio, y así evitar que se produzca el desastre en una zona densamente poblada. El 12 de octubre despierta con las habituales prisas de la madrugada en la Estación Fuller de Wilkins, Pensilvania. El turno de noche está ansioso por irse a casa y los miembros de la plantilla del turno de mañana se aprestan a entrar a trabajar, todavía con el café en la mano. Cuando dos operarios se toman un descanso para engullir su desayuno, se ven interrumpidos y se les pide que pasen uno de los más modernos trenes de la línea a una vía diferente. Parece que la Estación Fuller va a recibir a un grupo de chicos de escuela primaria de visita de campo que proviene de Olean, Nueva York. Disgustados pero sin inquietarse, los operarios de la estación se disponen a la tarea de mover el 777, una completa bestia de tren, cuando uno de ellos toma la desgraciada decisión de coger un atajo con la intención de realizar el trabajo más aprisa. Pero más aprisa no siempre es lo más seguro, por lo que la nueva locomotora equipada con lo último en sistemas informáticos y que arrastra treinta y nueve vagones, se transforma en un monstruo en un abrir y cerrar de ojos. A trescientos kilómetros por la vía, en la Estación de Migo en Brewster, el día comienza con la misma rutina. Mientras se disponen a dejar su puesto, la vieja guardia de ferroviarios comparte la última taza de café mientras se ocupa del papeleo. Mientras intercambian historias de guerra sobre sosas actuaciones de inspectores y ayudantes novatos, Frank Barnes descubre que su inspector es Will Colson, una nueva incorporación política. Frank no está para nada contento con la situación, pero se guarda para sí su opinión al respecto. Una vez a bordo de la 1206, una vieja y dura locomotora de seis ejes, con muchos kilómetros encima, Frank se dedica a su trabajo al cien por cien, dejando muy claro a Will que sus veintiocho años de servicio siempre le ganarán a los cuatro meses de trabajo de Will en cualquier ocasión. A pesar de las pequeñas circunstancias del día, nadie en las dos estaciones de maniobras podía sospechar que la tarde pudiera convertirse en la aterradora y dura prueba que se les iba a venir encima, una situación que pondría a prueba el coraje de dos hombres que se convertirán en héroes extraordinarios. (20th Century Fox España)

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Reseñas (12)

POMO 

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español Es bueno que la historia realista y el comportamiento realista de los personajes no permitan que esta obra de Scott tenga lapsos lógicos. Imparable, en comparación con Speed, por ejemplo, es más bien un suspenso dramático que una película de acción. La única acción aquí es solo la forma tradicionalmente efectiva de Scott. Además, el director trabaja de manera brillante con la gradación de la tensión, que es la divisa principal de la película. Pero aun así, sin terroristas, sin bombas haciendo tictac, o sin una conclusión más sofisticada (¿más explosiva?) de la película, que haría algo con la carga tóxica del tren, le falta algo. ()

Isherwood 

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inglés Scott has tamed the visual orgy down to a minimum, instead letting James T. Kirk and Senor Creasy put the brakes on the Runaway Train, which is pumping at maximum warp drive. All this in the year's most suspenseful film, where I involuntarily let out a few "Wow!" moments. Without a drop of shame, I admit that I was hoping for a happy ending, just like the emotional American families of heroes on TV screens, or when clichés and adrenaline work in the best possible ratio. [Coincidentally watched on a train.] ()

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Lima 

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inglés Especially in the last 30 minutes a solid adrenaline dose. It's been done before and in a better version (Končalovský's Runaway Train, for instance), but otherwise this action flick has one big trump card, and that is the unorthodox setting of railway transport. Scott ticks along with the action, thanks to which even the mandatory clichés surrounding the protagonist's family can be survived unscathed. ()

J*A*S*M 

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inglés A very predictable and unoriginal film that now, in 2010, doesn’t deserve any attention. Tony should work on more interesting projects, he still does action very well. The film did inject some adrenaline in my veins, but it’s a pity it didn’t manage to make me feel really tense, because there is absolutely no doubt about how things will turn out. Cliché incarnated. ()

Matty 

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inglés A train weighing a million tonnes, 800 metres long and packed with highly explosive material. And there is no one in control of it. Tony Scott goes big with Unstoppable. However, in a ranking of the most original action films, this wouldn’t place even in the top one hundred. The plot is blatantly p r e d i c t a b l e, which is somewhat justified only by the fact that it was inspired by actual events.  The lives of children, animals and heroic government employees are in danger. Unstoppable doesn’t differ from Scott’s previous train ride (The Taking of Pelham 123) in the nature of the main character (a sensible ordinary guy who becomes a hero), the relative lack of psychedelic visuals for a Scott film, the large amount of pathos or the forced emphasis on family values, but only in the absence of a villain. A simple failure of the human factor is what triggers the action. This time, the idiots aren’t cops (though there is a delightfully unnecessary airborne pirouette performed by a police car); the bad decision is made by a boss, whose bourgeois ass ultimately gets kicked to the curb by the working-class hero’s actions. Unstoppable really comes across as an ode to people who work with their hands and feet, but the constantly fast pace won’t give you time to think about that interpretation. The camera is constantly in motion, shots are very short even during the brief dialogue scenes, and we have to divide our attention between multiple events happening in parallel throughout the film. Scott took the main limitation of trains, i.e. the ability to go only forward and backward, and turned it into the main strength of the action scenes (the whole film is essentially one long action scene). The last-second miss was just as breathtaking as the last time in silent slapstick, of which it’s impossible not to recall at least The General. Whereas Keaton worked primarily with the breadth of a shot, Scott rather uses its depth, as if he’s heading toward using a stereoscopic format. That would have been a treat. Unfortunately, it will never happen. The unstoppable Tony Scott has reached his final station. 75% ()

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