claudel

La noche de cine con Ruben Ostlund la terminé con su último trabajo. Me causó una ligera decepción. No me sorprende que haya triunfado en EE.UU., porque percibo en él un leve oportunismo y una renuncia a la verdadera libertad creativa europea de una película rodada en sueco o noruego en alguna coproducción afín. Además, detesto cualquier escena de vómito y en este caso rozaban lo repulsivo. El tema, por supuesto, siempre interesante y artísticamente elaborado, pero la ejecución no me convenció como sus trabajos anteriores. Para terminar, me reservo su ópera prima a propósito, para regresar a sus raíces.

En momentos críticos, las personas reaccionan según tres patrones básicos y, por tanto, se dividen en tres grupos básicos. Las reacciones no se pueden aprender, por lo que a nadie se le puede culpar por pertenecer al grupo A o al grupo C y reaccionar de una manera u otra. Depende de muchas circunstancias. En la película, lamentablemente, todo se intensifica con la presencia de niños en una situación crítica, y lamentablemente, una persona del grupo C es regañada por su esposa por arruinarlo todo. Y en todo eso, involucran a una pareja más y ya tenemos otra gran película del mago del cine sueco. Un espectáculo estimulante.

Para mí, estas películas brasileñas que parecen novelas rosa tienen sólo un carácter educativo en la forma de ampliar el vocabulario con palabras coloquiales del portugués brasileño. El lado dulce de la traición es un thriller sin alma, con aburridas escenas eróticas, una trama estúpida y sí, una protagonista muy atractiva que, según la prensa sensacionalista, ha vuelto loco incluso a Neymar. No me sorprende, pero por lo demás, esta película no tiene nada que ofrecer.

​Soy muy consciente de que hacer adaptaciones cinematográficas de obras literarias es siempre extremadamente difícil. Nunca es posible complacer a todos los lectores, por no hablar de los fans acérrimos de la obra original. Hasta ahora he leído cuatro novelas sobre la aristócrata y en tres casos quedé muy satisfecho. Creo que incluso me reí a carcajadas. En la película el humor ha desaparecido, además, está impregnado de escenas en las que nadie habla y no pasa nada, lo que es prácticamente imposible en el libro, que está muy orientado a la acción. El primero lo leí hace mucho tiempo, pero en lugar de caballos, por el castillo deberían correr perros indómitos, el abogado debería ser un poco mayor, con una insoportable hija adolescente a cuestas, y habría más matices tan esenciales que faltan en la película. Y a mí, lamentablemente, el reparto elegido realmente no me cayó bien, con dos excepciones: Tatiana Vilhelmová e Yvona Stolařová. Vilhelmová ofrece al menos un mínimo de comedia y Stolařová es creíble. Desde mi punto de vista como lector, todos los demás actores están elegidos de forma muy inapropiada o estúpida. No sé si todavía querré ver las secuelas si están concebidas de la misma manera que la pobre primera.

No soy fanático de las películas de tres horas, pero disfruté viendo este entretenimiento opulento y decadente, y probablemente hubiera aguantado incluso alguna hora más. En el primer lugar tengo que mencionar la música que es absolutamente perfecta. Aunque todavía escucho La ciudad de las estrellas (La La Land) allí, la cual no me cayó bien, pero encajaba con esas fiestas locas. En el segundo lugar hay que destacar a Margot Robbie. Ciertamente gozó y disfrutó inmensamente el papel. Irradiaba la aterradora energía de una mujer que no soportaba vivir con nadie, especialmente con ella misma. Su actuación fue cautivadora y no entiendo porque no se ha alabado como merece. En el tercer lugar, el vestuario, los decorados, el montaje, la magnificencia y lo que aprecio de un metraje tan largo, el hecho de que no me haya aburrido en ningún momento. La repetición de la escena potencialmente estresante debido al sonido resultó ser una de las mejores escenas de toda la película. Y, por último, pero no menos importante, hay una cierta locura, en cierto modo incluso un humor depravado y el estado de ánimo general de la película: para mí, es el mejor trabajo de Chazelle hasta ahora. El brillo y la tristeza de Hollywood, donde el éxito sólo puede durar un segundo y un rápido ascenso puede ir seguido de una caída aún más rápida. Una gran experiencia cinematográfica que quizás sólo se aprecie con el tiempo.

Galveston atrae por dos excelentes actores: Ben Foster y Elle Fanning. Casi no pasa nada durante dos tercios del tiempo, la expresión enfadada de Ben y el sexy vestido transparente de Elle no salvan el creciente aburrimiento. El último tercio es un poco mejor, además aparece Lili Reinhart, pero al final la película no dice ni ofrece demasiado. Me sorprendió el nombre de la directora, no lo habría adivinado por casualidad.

¿Alguien dispuesto a presenciar la tortura de la frágil y tierna Emma Watson? Esto es puro sadomasoquismo... Recientemente he visto dos películas de la historia de Chile, con varias décadas de diferencia en el tiempo. Me dio la impresión de que debe ser el país más brutal y loco de Sudamérica. Al mismo tiempo, no debo olvidar La casa de los espíritus correspondiente al mismo período que Colonia. El régimen y el golpe de estado de Pinochet causaron mucha violencia y dolor, que combinados con los nazis fugitivos, crearon un verdadero infierno. Realmente no es agradable ver Colonia, pero es bueno que se hagan películas así y esperemos que nunca volvamos a ver semejantes abominaciones, incluso cuando la dirección actual del mundo no indica que sea así. En cuanto a la interpretación, no puedo dejar de mencionar al políglota Daniel y al fenomenal Michael Nyqvist; lo vi por primera vez en Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres en un papel absolutamente positivo. Pero desde entonces, sólo interpretó a sinvergüenzas, malvados y cretinos. Es una pena que un actor así ya no esté con nosotros.

De una película con una calificación tan baja en el TOP 20 de las peores películas, esperaba que todo fuera mucho, mucho peor. Pero no quiero subirme a la ola de críticas aplastantes. Sí, la película no salió bien, así que al menos explicaré por qué le doy una estrella. Es por Dominique Alagia, ya que su personaje y su actuación fueron los más cercanos a lo que se puede llamar real y creíble.

David Fincher no volvió a decepcionarme. Después de la exigente película Mank, llegó una enérgica historia sobre una persona que habla más con su voz interior. Por supuesto, desde el principio me agradó la representación del París temprano, los cineastas lo captaron perfectamente. Y luego eso ya no paró, no me aburrí ni por un momento y esperaba con ansias la conclusión atípica y muy especial. El adelgazado Michael Fassbender me deleitó, además, consiguió interpretar otro papel muy complejo excelentemente.

Una obra cinematográfica muy original, por su temática, adaptación, formato en blanco y negro. Lo que es una lástima es el final, que probablemente consiguió confundir a más de un espectador y alterar innecesariamente la película relativamente tranquila con muchas imágenes pertenecientes a otras líneas temporales. Cuando leí que Judit Pecháček asumió el papel principal, al no estar muy al tanto de la vida privada de nuestras actrices, me enteré de que Judit Bárdos ya no se llama Bárdos sino Pecháček. Es posible que muchos no hayan descubierto esta película más exigente entre la avalancha de películas checas en Netflix.