Malditos bastardos

Tener una película de Tarantino de dos horas y media con solo dos personajes retratados en detalle con una historia de fondo adecuada (Christoph Waltz, Mélanie Laurent) mientras que ninguno de ellos pertenece a los «Bastardos» titulares, es imperdonable. Los «Bastardos» están ahí solo para darle a la película una especie de marco débil; su potencial comenzó en los avances y terminó en la sala de montaje. Todos los demás elementos de esta película son, sin embargo *Cinema Paradiso*. (30.08.2009)

Cuando decido ver una película de Quentin Tarantino, debo darme cuenta de antemano de que me encontraré en su mundo loco y aceptar sus condiciones. Si no pensara así, podría estar enojado, decepcionado, indignado, molesto, etc. No soy ni un fanático apasionado ni un crítico ferviente del "loco de las videoclubs", pero tampoco puedo decir que él y su obra me sean indiferentes. Evalúo sus películas individualmente sin conexiones y continuidades. Kill Bill no me atrapó demasiado, pero Los odiosos ocho me encantaron. Sobre todo como germanófilo y francófilo, porque las tres cuartas partes de la película están en mis dos amados idiomas extranjeros y en ella actúan mis dos actrices favoritas (cómo no, una alemana y una francesa) y con la actuación absolutamente excepcional de Christoph Waltz, que realmente no tiene competencia este año. Su "cazador de judíos" despreciable, altamente inteligente y sádico no puede dejar a nadie indiferente. En resumen, toda la película está magníficamente filmada, llena como siempre de excelente música y nos presenta una constelación de conocidos actores europeos. (31.08.2009)

Tarantino has the craft down pat. He's great at leading actors, he's got a sense of timing, and his dialogue scenes have more punch than all of Bay's action scenes with screaming robots put together, but I can't digest the story he presents with the best of wills. The first chapter is phenomenal. It has everything: a great build-up, a sultry atmosphere, the suspense of what will inevitably come at any second, and the perfect entry of an extremely charismatic asshole. But the rest of the film, in my eyes, teeters on a thin line between sparse admiration and feelings of awkwardness, between what I am still logically willing to accept and what I am no longer. Narrative excess is fine, but everything has its limits, Quentin. (30.08.2009)

Surprisingly, Tarantino has fulfilled his promise and made a film that in his post-2000 filmography will have the same privileged status as Pulp Fiction had in the 1990s. You could praise pretty much everything about it, from the performances, through the script and the sharp dialogues, to some perfectly directed scenes (the beginning, the climax in the cinema, Shoshanna’s getting ready…). Inglourious Basterds is the best film I’ve seen in the cinema so far this year and I think District 9, Antichrist and Avatar are the only ones with chances to be better. PS: The last line of the film could have been said by Quentin himself. (28.08.2009)

A film by a filmmaker who loves films. Tarantino's synthesis of B-movie aesthetics has (for now) reached its ultimate stage in the form of a war opus. There’s room for references, his own ego, and a final chapter of historical revisionism that, if it hadn't been making fun of the previous ones all along, would hardly have been understood. A pleasant surprise to my own expectations. (07.10.2009)