El faro

Se trata de una forma de hacer nerd, de excelentes actores y de la intrepidez del director para experimentar y ambicionar hacer algo nunca visto. Una banda sonora maravillosamente envolvente, casi inquietante, con el profundo zumbido de un faro. Composiciones borrosas en blanco y negro 4:3 al estilo de las películas de terror de principios del siglo pasado. El deprimente ambiente claustrofóbico de un lugar remoto, con niebla, con viento y en el interior húmedo y maloliente. Y el conflicto entre dos personajes masculinos, que se ven afectados por estas circunstancias. Sus tonterías de borrachos no son tan sugerentes, pero hacen un buen trabajo de caracterización de los personajes y del lugar de la época. (08.01.2020)

Brillantemente fotografiado en blanco y negro 1.19:1, el formato cuadrado evoca otro tiempo, como si el hipnótico El Faro estuviera creado fuera de todo tiempo y espacio. Willem Dafoe y Robert Pattinson hacen interpretaciones grandiosas y compiten para ver quién puede representar al loco más frenético. Desentrañar el simbolismo de las escenas y el remate de la película ofrece todo tipo de paralelismos que se remontan a la antigüedad, pero no quiero desvelar nada, El Faro es una película que cada cual debe interpretar a su manera. Es una película de terror de autor muy hilarante de la que te crees por completo la soledad y la desesperanza, así que con Robert Eggers sigo esperando que algún elemento me deje completamente alucinado mientras veo su película, cosa que no ocurrió aquí. De todos modos, reconozco su gran capacidad de dirección y su visión única, tendré mucha curiosidad por ver sus próximas aventuras como director. En cualquier caso recomiendo ver El Faro en pantalla grande y preferiblemente con muy buenos subtítulos. [Sitges 2019] (06.10.2019)

Drama psicológico escandalosamente impresionante en lo visual, actoral y artístico con elementos de terror, inspirado en historias navales, el trabajo de Herman Melville y la mitología antigua. Uno no puede evitar admirar la deprimente atmósfera claustrofóbica, una sofisticada puesta en escena, la cámara irreal, el trabajo del sonido y la iluminación así como el compromiso actoral de ambos protagonistas, a lo que el guion da una buena parte del espacio (además de una serie de escenas comunes significativas, ambas brillan en su propio largo monólogo). Una obra de autor realista, cruda e intransigente, en la que, sorprendentemente, el humor también tiene cabida, sobresale por la embriaguez pictórica y la máxima precisión en la dirección, y afortunadamente, a diferencia de La bruja, ya no parece un poco engorrosa, tensa o involuntariamente ridícula. (08.10.2019)

In its reconstruction of 19th-century life and visual style of old films, The Lighthouse is an unprecedented curiosity made with great care and, in one view, makes perhaps as much sense (and is thus as carelessly blind) as a drunken sailor who has read Moby Dick and a few paragraphs of Greek mythology (particularly the story of Prometheus) and psychoanalysis (you reach the id only after pacification of the controlling superego). The plot stands on water, the relationship between the two men on alcohol. Instead of drama or any character development, there is only the building of an atmosphere which, in the end, leads to nowhere and serves no purpose; it is not legitimised by any unifying theme to which the film would adhere. It simply just is. The vagueness, eccentricity and signs of cognisance of the film’s pulpiness give the impression of being an intentional act on the part of the screenwriter, an attempt to sell a simple, self-regarding horror story to dramaturgs of A-list festivals. When everyone finds something in a film, that does not necessarily mean that there is actually something to be found in it. Due to the degree to which it depends on its two actors and sound effects, I would rather see The Lighthouse in the form of an absurdist stage play in which the riveting acting performances could overcome the terrible repetitiveness, predictableness and utter lack of flow. 55% (03.01.2020)

Just like in his The Witch, the director relishes creating the right atmosphere, but his film is very inapproachable; he makes every effort to spoil your viewing experience. The actors in the leading roles (Dafoe and Pattison) deliver superb performances, moreover in black and white, in a spooky, morbid environment with a hidden evil like from Lovecraft. I like all of this, but the inapproachability of the film makes it hard to give it better than average rating. It is, however, definitely a unique experience. (30.01.2020)