Prisioneros de Ghostland

Tenía muchas esperanzas puestas en la nueva película de Sion Sono, después de todo es un director experimentado con un sello distintivo. Los actores que aceptaron de buen grado su visión (además del valiente Nick Cage y la popular Sofia Boutella, también está el actor y director Nick Cassavetes, que vuelve aquí tras un paréntesis de diez años de actuación) probablemente dijeron lo mismo. Pero Prisioneros de Ghostland no es una película bien dirigida, y de hecho parece carecer de toda dirección. Y por mucho que aprecie los elaborados decorados, el imaginativo vestuario y el uso de efectos prácticos, cuando despojo a esta película de todos los sofisticados elementos visuales, lo único que me queda es un guión barato y, en todos los sentidos, estúpido, que da a los actores muy poco material con el que trabajar. Si este guión, con el mismo reparto de protagonistas, lo hiciera, digamos, Rob Zombie en un remanso atrasado de algún lugar de Nuevo México, me imagino que podría funcionar bajo sus manos. Pero no así. Todo el conjunto es un desfile de ideas extrañas lanzadas al aire para ver si alguna de ellas aterriza en terreno fértil, pero en el 85% de los casos no pasa, y hace que la experiencia de visionado sea muy escasa, casi insignificante. (27.09.2021)