West Side Story

Tras el primer visionado me costó un poco apreciar West Side Story, ya que no estaba seguro de que, argumentalmente, el traslado de la historia de «Romeo y Julieta» a un escenario moderno fuera suficiente por sí solo para un musical de dos horas y media. Sin embargo, tras el segundo visionado (en pantalla grande), mis dudas desaparecieron: West Side Story está a un gran nivel en cuanto a diseño de producción, decorados, colores e iluminación. La música y la coreografía de baile son legendarias. El reparto es correcto (el dúo formado por Richard Beymer y Russ Tamblyn es muy divertido comparado con sus papeles en Twin Peaks) y el dominio del director Robert Wise es admirable teniendo en cuenta que nunca había hecho un musical. La trama es más bien un elemento secundario y los diálogos divertidos y bien escritos hacen que dejes de pensar en ello. Es ahora cuando la película me ha conquistado, y me alegro de ello. [LFŠ 2018] (02.08.2018)

Bellamente rodado, irresistiblemente colorido, desde los colores de las camisas y los vestidos, hasta los exteriores e interiores, que siempre completan el estado de ánimo emocional de las escenas individuales. Ropa de cama colgando de las cuerdas entre las ventanas como banderas de celebración o escaleras de metal inclinadas entre los pisos contra el fondo de una escena sombría... cada detalle en la imagen representa un arreglo narrativo oportuno y estéticamente de buen gusto. Además, un esquema de trama simple y comprensible de Romeo y Julieta, presentado por actores guapos y diálogos inteligentes, que incluso Steven Zaillian no sería capaz de escribir hoy en día. Para mí, Con la muerte en los talones es para las aventuras de agentes lo que significa West Side Story para los musicales. ¡Pero qué puedo hacer con eso, si excepto el posmoderno Moulin Rouge, este género no me dice nada, e incluso la hermosa experiencia estética de West Side Story fue para mi mente solo una espera aburrida y hambrienta de la recepción después del estreno. (21.01.2012)

Good night, good night. Sleep well and when you dream, dream of me. Indifference against passion, innocence against inflammability. And Sharks against Jets in the intoxicating heat of New York immigrants, where love wants to overcome all bad blood. An ageless classic that even sixty years after its creation continues to touch the heart. (10.11.2011)

A few days before the premiere of Spielberg's version, I wanted to remind myself of a film I once enjoyed very much. Unsurprisingly, I enjoyed it again. After all, Leonard Bernstein's music is still just as brilliant, Sondheim's lyrics are still so entertaining and to the point, the choreography of the dance numbers is amazing and well thought out, the commitment of all the actors/singers/dancers is infectious (yes, Tony is still the least interesting, but that's the fate of this breed of heroes) and Wise's direction, though it feels more theatre and studios than actual film, is still very engaging. But I noticed something I had never noticed before. After each number there is a pause in the film, a quieter moment perfect for a well-deserved applause. I wondered if that was intentional. And it was. Reportedly, people in the cinemas routinely rewarded West Side Story with thunderous applause as if they were in a theatre, and I wonder not only if there will be room for applause in Spielberg's version, but more importantly, if there will be clapping as well. I hope so, so that the contemporary viewer, transported back sixty years, can have that kind of fun. We’ll see. (06.12.2021)

As a musical, it is excellent, with great dance numbers and Russ Tamblyn showing off excellent acrobatic tricks that really impressed me. As a variation on Romeo and Juliet, it's quite dull and unnecessarily lengthy, to the point where I felt that an hour could easily be cut. However, some of the songs will still linger in your head long after it's over. (08.04.2015)