POMO

La lamentación repetitiva sobre el trauma y el remordimiento del protagonista se vuelve aburrida con el tiempo, pero el tono sombrío de la posición desmoronada de Japón en la guerra ayuda muy bien al monstruo gigantesco. Godzilla está aquí, con los siniestros tonos de la música oscura, un símbolo de los horrores de la guerra, incluida la devastadora amenaza nuclear. Las escenas del océano con él son excelentes, tienen gradaciones e ideas sobre cómo aprovechar al máximo sus capacidades fisiológicas. Él es amenazante, enfadado e indestructible. Las escenas con él en la ciudad son sólo complementarias, como si los cineastas no quisieran repetir lo que se ha visto cientos de veces (incluso en las películas de monstruos estadounidenses) y quisieran mantener el carácter específico de la trama del barco y el agua. Un presupuesto de 15 millones de dólares para tal CGI mayhem de calidad es increíble, y el éxito en los cines estadounidenses podría significar un cambio en la forma de pensar de los presupuestos de Hollywood sobre lo que una buena película de acción necesita y no necesita. En este sentido, Godzilla Minus One es un "fenómeno transformador" de este año comparable al de Barbenheimer.

Not any weaker than Gladiator (as we had hoped), but only a bit better than Robin Hood (unfortunately). Passages from the historical stages of Napoleon’s rise to power and “world conquest”, intimately interspersed with his relationship with the woman in his life. The film is entertaining with its actors and the occasional battle, but it is so inwardly reserved that it borders on being bland, with no interest or ability to find personality traits in Napoleon on which the psychology of his story or any other idea could be built. Nor does it make use of the possibilities offered by his personal confrontation with the supporting characters, which could have filled out the narrative with solid content. And Napoleon’s romantic relationship, which receives a great deal of attention, remains cold and thus fails to touch the fewer. The routine narrative raises concerns that the longer director’s cut will be richer in informational content, but equally soulless. Ridley Scott’s first historical film without a musical identity.

Michael Fassbender moves, walks and uses his voice in an interesting way. And that's all. His soliloquys are as empty as his character’s craft, and we’ve already seen the naturalistic depiction of brutal physical conflict between two cold-blooded professionals elsewhere long ago in more intense performances. The simplicity of the story wouldn’t bother me at all if it were dressed up with imaginative moments, an original psychological profile of the main character and some playing around with the formalistic aspect. However, The Killer offers none of that. The form is pure and precise, but not bold. The encounter with the perfectly cast Tilda Swinton at the table arouses the viewer’s curiosity and interest almost like the face-to-face encounter between Al Pacino and Robert De Niro in Heat, but it remains the only scene that I remember from the movie. And that’s just not enough for a David Fincher flick. I unequivocally prefer The American with George Clooney, a similarly minimalistic and creatively distinctive, yet more emotionally engaging profile of an unknown killer.

Funny Games para adolescentes. Con una dosis de imprevisibilidad en un buen guion, pero con una dirección que no capta suficientemente la creciente gravedad de la situación. Cuando al final la víctima principal debería estar más conmocionada, luce como en el primer tercio de la película, cuando todavía no tenía idea de que no era un juego de niños. Sin embargo, el villano mocoso está bien interpretado y elegido, y el objetivo de los cineastas de agitar el ambiente familiar navideño con un poco de morbo es encomiable.

David Harbour hace la mitad de la película. El papel del amable Papá Noel con raíces de vikingo cruel fue escrito para él. Mezclar los temas de Jungla de cristal y Solo en casa, que son clásicos de culto navideño en Estados Unidos, es la forma correcta de unirse a su compañía con un traje de género diferente. Wirkola casi lo consigue: combina clichés navideños con nuevas ideas, los miembros de la familia en peligro no son un cliché y en términos de historia, todo corre bien. Es una pena que no haya puesto suficientes villanos interesantes contra Harbour, por quienes tendríamos más respeto.

Mirando las fotos promocionales, se trataría de un romántico kitsch alpino más. En realidad, sin embargo, es la película más bonita de los últimos años sobre la vida en las montañas, pero también sobre la vida en general. Y también con los panoramas alpinos más bellos en un largometraje de los últimos años. La elección de los lugares y los detalles capturados (el viaje en autobús) atestiguan la relación del director con las montañas, y en los espectadores seleccionados evocan déjà vu, ya que son justamente estos fragmentos mágicos en la percepción subconsciente de la naturaleza alpina, por los que volvemos a ella nuevamente para encontrar tranquilidad. Caracterización precisa del personaje con un protagonista perfectamente interpretado por el artista teatral Stefan Gorski. La escena en la que lleva a su futura esposa a una cabaña de montaña y le muestra y explica por qué se instaló aquí, es el corazón de la película. El atractivo tema de la construcción de los primeros teleféricos y el consiguiente suministro de electricidad a los pueblos de montaña, pero también los accidentes fatales durante los trabajos físicos especialmente pesados. Excelente cámara, constantemente "flotante", siempre encajando perfectamente con buena música. Sin hablar del epílogo...

Estándar cinematográfico, pero con una historia fuerte y dos matadoras de actrices, Jodie Foster y Annette Bening, totalmente comprometidas con una película en la que creen. Amistad y apoyo más allá de la muerte, voluntad y convicción inquebrantable que mueve al mundo. En cuanto a la historia, hay indicios de los parámetros de los Oscar, pero lo más probable es que la película pase sin la atención de las masas, similar a la excelente Trece vidas de Howard el año pasado. Me alegra que Jimmy Chin esté irrumpiendo en el campo del largometraje.

​Es una pena que el mal esté tan alejado de la realidad por las habilidades físicas y los movimientos cuando la película intenta mantenerse firmemente dentro de ella. Y es una pena todos esos momentos extraños y poco pensados en el comportamiento de los personajes o incluso en su introducción a lo largo de las escenas. Porque por lo demás, esta "El sótano del miedo de Holdenfield" aborda los clichés del género de una manera muy interesante, sabe sorprender y también deleitar con ricas delicias en la fotografía, el montaje y la banda sonora.

La influencia del Lobo de Wall Street persiste. El negocio del dolor trata sobre otra historia real de éxito empresarial que no era del todo legal. Es agradable ver a Emily Blunt vestida en ropa bonita, Andy García luce bien como el jefe multimillonario. Pero la película se mueve en estereotipos, carece de un guion de dirección de autor y aunque no aburre, su valor sólo está en explicar cómo funciona el tráfico de medicamentos, desde el fabricante hasta el soborno a médicos que de otro modo no los recetarían. Avaricia y egoísmo que destruirán la vida de los pacientes. El personaje de Emily Blunt es el único que siente remordimiento y arrepentimiento. Y eso es todo.

Una divertida película francesa sobre gánstere, ambientada principalmente en la ciudad española de Benidorm, cuyo carácter urbano de mala calidad con un ambiente playero invita a una confrontación de un variopinto grupo de delincuentes. Karim Leklou, bien elegido, como un ladroncillo y la expresiva Isabelle Adjani como su madre manipuladora con la racha de ladrona alfa. Vincent Cassel está sorprendentemente subdesarrollado, pero el mafioso británico interpretado por Sam Spruell es delicioso incluso en sus pocas apariciones. El motor de la película tiene que ver con los personajes y su interesante estilización. La trama se puede resumir en una frase y no es tan sofisticada y resolutamente presentada como estamos acostumbrados con Guy Ritchie.