Nación Salvaje

No espere un thriller de acción, porque es principalmente una sátira social sobre la privacidad en Internet y la vida de los adolescentes estadounidenses en las redes sociales, que les gustaría mostrarse como reales y sarcásticos, pero al mismo tiempo es tan superficial como las fotos de modelos de Instagram posando frente a un espejo. Mediante la historia de cinco chicas de secundaria sobre el tema de víctimas de piratas informáticos de Internet, que hackean el almacenamiento en línea y extraen los datos privados de los usuarios para el público, se muestra un espejo de los Estados Unidos y del estilo de vida rudo y libertino de su juventud malvada, pero en lugar de criticarlo, lo apoya y lo defiende. La película culmina en los últimos quince minutos con una moderna caza de brujas (por eso la historia se desarrolla en Salem, je, je), durante la cual finalmente hay algo de acción, pero es necesario asimilarla con más de una hora de exposición al diálogo, en la que los protagonistas de dieciocho años son presentados repetidamente como engreídos y poco comprensivos con el gusto de moda de las prostitutas de lujo, que mandan todo y a todos a cualquier lado, pero cuando alguien se atreve a mandarlos a alguna parte a ellos, lloran y se sienten maltratados. Entonces, la tragedia radica en el inútil intento de la película de persuadir al espectador de que se animen. Vale la pena mencionar en algunos momentos que la dirección y la cámara son bastante imaginativas, algunas escenas bien filmadas (asalto a una casa familiar en una sola toma) y crítica acertadamente dirigida a los hipócritas, que condenan a otras personas sin conocer el contexto y los argumentos y, sin embargo, tienen mucho que ocultar. Entretenimiento plano posmoderno correspondiente visualmente a las últimas obras del Purgatorio, que será apreciada especialmente por aquellos que puedan identificarse con sus protagonistas. (11.10.2018)

Algo así no se puede tomar en serio. Sam Levinson parece ir en dos direcciones: en la primera mitad ofrece un drama de crítica social desencadenado, y en la segunda mitad intenta una masacre adolescente de primera, que comienza con una escena muy bien rodada de un robo en una casa, pero luego se ahoga en las motivaciones ilógicas de los personajes y en la incapacidad de llevar el asunto a alguna conclusión audaz, intransigente y, lo que es más importante, significativa, por lo que llegamos a un final que va a lo seguro y no dice nada. En este sentido, la estructura de la película falla ligeramente. Además, el intento desequilibrado de sátira social, por un lado, y de atraer al público a la brutalidad directa, por otro, se sabotean muturamente. Sin embargo, por un par de ideas audaces en la primera mitad y porque estuve bien entretenido a altas horas de la noche, cansado de otras películas del festival, todavía me inclino a calificarla por encima del 50%. [Sitges 2018] (19.10.2018)

It's appealing to watch writer-director Sam Levinson's dogged effort not to celebrate, judge, or tolerantly ignore the depicted vision of contemporary high school youth. Though almost everyone and everywhere is tethered to electronic devices, they are also capable of discussion, their own attitudes, and an awareness of the big picture, and while the film suffers from a certain thesis that becomes increasingly unbearable towards the end, at least it doesn't come across as anachronistically preachy to everyone involved from the position of a sensible senior who knows there’s more to life than this. Besides, almost all the adults here are ultimately the enemy. The resulting high-school revolution recalls the youthful rebellion characteristic of Japanese movies like Battle Royale or Shion Sono's films, and in fact directly acknowledges the homage to Japanese culture. But the whole show fails miserably in the last act, when it is no longer able to restrain its need to provide bitingly relevant allegory on the US and it starts throwing American flags and cheeky monologues around the set, which should have taken a back seat to the advancement of the plot, but instead proceeds by having four girls shoot at a car until it blows up. The existence of films like The Nightmare or Spring Breakers unfortunately doesn't help it much either. (19.02.2019)

I'm giving the film two stars for the momentary excitement that I felt thanks to a great portrayal of fake morality and exactly the kind of hypocrisy which makes America what it is. Apart from that, I didn’t find much else to appreciate. The script was painfully dumb for the most part, and even unpleasantly boring at times. (07.05.2019)

A postmodern, feminist, politically incorrect, social-media and, most importantly, disturbing thriller that offers a little bit of everything and mixes multiple genres at once, including the excellent home invasion, revenge and grindhouse. Definitely not a film for everyone, but I enjoyed every second of it. The very idea of private details and photos being leaked onto the internet is disturbing in itself and when it happens to half the city suddenly there is uncompromising anarchy and chaos. The acting is first class, audiovisually the film is impressive and rightly far-fetched. There are executions, kidnappings, nudity, eroticism, suicide, humiliation and killing. I don't think I've ever seen a more intense teen massacre. Interesting line from the film: “When i grow up, I wanna be a director and only make male rape revenge films. Like Deliverance? Ew no. That's gross. I want it to be sexy. Like, if someone remade Straw Dogs, but instead of Susan George getting raped, Dustin Hoffman gets raped.” 80%. (09.12.2018)