POMO

Durante cien minutos observas a un(os) personaje(s) antipático(s) en unas localizaciones de Los Ángeles extremadamente antipáticas (sin la atmósfera y el misterio de Nightcrawler), y al final la película intenta explicar su estado de naufragio, darle una dimensión humana y sorprenderte con un detalle formal de guion. Lo que no quita que la experiencia visual sea poco emocionante.

Un cineasta más audaz y maduro habría sacado más partido a un tema tan interesante, algo más que una película universalmente agradable sobre la construcción de las relaciones familiares entre un hijo que sufre, una madre comprensiva y un padre ciego de fe.

La película te permite acompañar a las chicas en su travesía de nueve meses por el Pacífico, desde California hasta Australia (!). Dos horas de sueño/descanso, dos horas de remo, una y otra vez durante nueve meses. Una actuación admirable, tanto física como, sobre todo, mentalmente exigente. No experimentan tormentas en las que se jueguen la vida, ni las atacan tiburones mientras nadan, pero el estrés mental que sufren (confesiones a las cámaras) son suficientes para impulsar el documental, un estudio psicológicamente interesante de la persona deprimida en una situación inusual. ¡Admirable!

Un divertimento simpático sin mucha dramatización de los Vengadores, pero que no lo necesita. Solo el personaje principal es analizado emocionalmente, los demás están para divertirse o son villanos con un plan para sorprender. Ambientada en Los Ángeles de los años noventa (y sus alrededores desérticos), ofrece un montón de chistes geniales, estableciendo el tono general desenfadado de la película (¡Samuel es inmortal!). Eso es lo que más me ha gustado de Capitana Marvel. Y Brue Larson, muy bien. El hecho de que no hayan elegido para el papel a alguien super sexy como Amber Heard es bueno para la película. Larson es más campechana, natural y mona.

Driving Mr. Mahershala? Es una pena que Viggo tuviera que luchar contra Rami Malek, que no pudo evitarlo. Aquí, después de Promesas del Este, vuelve a brillar de forma admirable. Marshmala también está excelente. Pero la película es una plantilla hollywoodiense anodina, de buen corazón y bellamente contada, pero sin una pizca de invención cinematográfica.

Un thriller formalmente bien rodado pero sin contenido, con una gran actriz que es un desperdicio para un personaje tan unidimensional. Además, gracias a su participación (y también al director) uno espera de la película algo más que una pequeña película de género. [The Elizabeth Picture Theatre, Brisbane]

Narrado de forma anodina, se apoya en un tema que es producto del sistema social chino. Un personaje más destacado que el hombre y la mujer que intentan dar a luz a su segundo hijo fuera de Shenzhen, en Hong Kong (para evitar una multa), es la mujer rica de Hong Kong que quiere ayudarles, al tiempo que se enfrenta a su propia situación existencial. [Australian Cinémathèque, Brisbane]

Una sensación de arte envolvente con una atmósfera densa. Detalles, interludios, escenas, la búsqueda de comida y hogar por parte de un puñado de indígenas en la estepa seca y el barro. Una crítica al colonialismo a través de los desesperados tanteos de los «aborígenes» australianos. [Gallery of Modern Art, Brisbane]

Hay varios documentales similares. Incluso en el cuidadoso enfoque del carácter del protagonista. Free Solo destaca ligeramente del resto por sus gráficos y su música (Beltrami la convierte sutilmente en el thriller de mayor suspense del año), y SOBRE TODO por la actuación de Honold, que ya desafía el sentido común y es algo mucho más grande que un deporte. Verlo «en directo» ni siquiera sería una opción. Estuve sudando incluso sabiendo el resultado. La victoria del Oscar en la categoría de documental me hizo muy feliz, entre otras cosas porque el alpinismo no ha sido reconocido durante mucho tiempo como una disciplina digna de los Juegos Olímpicos (hará su primera aparición en 2020). Era al revés: los Juegos Olímpicos no eran dignos de la escalada. [Palace Cinemas, Brisbane]

«No engañes al arte, especialmente al arte que no te pertenece.» Seguro que no pretendía ser una película de terror del todo, pero los pasajes de suspense de la muerte no funcionan en absoluto. Son más bien raros. Como sátira del mundo de los artistas, de los críticos de arte y de sus mercaderes, ya es observable, y es divertido ver a una interesante variedad de personas. Pero incluso ahí, Velvet Buzzsaw no es el tipo de acierto que supuso El juego de Hollywood de Altman, desde detrás de las bambalinas del cine. Gilroy ciertamente tenía mayores ambiciones con esto.