POMO

Dolan está madurando. Ya sabe describir detalladamente el desarrollo de las relaciones complicadas entre los tres personajes. Lo más destacado de la película son las escenas emocionalmente apoyadas por los éxitos pop, lo que podría considerarse un truco barato para el espectador, pero los juegos imaginativos con el formato de imagen disipan todas las dudas e impresionan a cualquier cinéfilo. ¡Una idea tan simple y a la vez tan funcional! Me pregunto qué películas hará a los cuarenta.

El aspecto televisivo degrada el guión que es original y notable. A medida que la película comienza a volverse absurda e involuntariamente ridícula, de la caída debajo de la mediocridad la salva el genial remate, sobre el que vale pena reflexionar y discutir. Si la hubiera hecho el octogenario Cronenberg, ¡sería otra cosa!

Los Ángeles de noche con las ambulancias iluminadas, una carrera jugada duro, la crueldad sensacionalista y el atractivo Dodge Challenger. Comienzo más lento, el final más fuerte. La esencia de la película es el excelente actor Jake Gyllenhaal, que madura como el vino.

Un trance mental que solo Shutter Island, Femme Fatale y las mejores películas de Lynch han logrado producir en mí en el pasado. Cautivador, escalofriante, visionario, como del otro mundo. Me impactó como nada. Gracias, señor Villeneuve.

Una locura creativa que combina con facilidad posturas de género difíciles de compaginar y al mismo tiempo se burla de sus clichés (consejo del cura, policías homosexuales). Aja no es sólo un gran director de películas terror. Aja es una amante de las historias dramáticas con una dimensión romántica y sabe hacer malabarismos con los géneros populares decaídos. Y este es su sueño húmedo original que es fresco y difícil de imitar y que sin duda entusiasmaría a Stephen King.

Dos horas de espera para una incursión militar cautivadora. La espera, en la que no sucede nada interesante, solo presenta a un par de actores buenos en papeles secundarios (Mark Strong, James Gandolfini) y, de vez en cuando, estalla una bomba en alguna parte.

Rutina de acción. Grande, ruidosa, pero nada especial desde el punto de visto del guión. Y de la dirección tampoco. Los Emiratos nos ayudan a pagar el presupuesto, así que ponemos algunas escenas estúpidas en los rascacielos de Abu Dhabi. Para que no se sientan inferiores a Khalifa Impossible. Y el trágico evento nos para el rodaje y tenemos que invertir en Paul digital, por lo que lo terminaremos en casa en Los Ángeles, para ahorrar. El mejor personaje (The Rock) se ve poco en la película y la mejor acción se puede ver ya el avance. La despedida final de Paul es bonita.

Una película non-brainer de clase B con elenco de clase A. Pero bastante divertida. Los bosques brumosos atmosféricos y los panoramas pintados (supuestamente Alaska) son bonitos. La trama no aburre. No puede prescindir del oso gris ni diez minutos. Buenas dos estrellas.

La película no nos dice mucho sobre la pareja central, y pasar una hora con ellos, deambulando por el bosque y discutiendo a menudo, no puede causar mucha alegría en los espectadores. Pero a partir de esa vigorosa dramatización (dura y cruel), la película va ganando tensión y el último tercio merece la pena. En las escenas clave, la edición es muy confusa, pero la salva el aterrador rugido de la víctima, de la que se siente la agonía del dolor. La música ambiental y las tomas psicodélicas ocasionales en sintonía con ella parecen extrañas pero aceptables en una película de la naturaleza salvaje.

Una notable combinación de sasher americano y giallo europeo. La expresión de los actores es típicamente absurda, la película huele a baja calidad, pero al mismo tiempo sorprende con lo creativo que es su guión. Más personajes de los que estamos acostumbrados en subgéneros similares, y todos tienen su lugar en la historia del crimen y la hacen más interesante. Una ventaja de la película es también su rápido comienzo: no hay un despegue de exhibición, la violencia está presente desde la primera escena.