POMO

Tres cuentos son súper, el resto está de sobra. El cuento «Fruit Cake» se puede denominar pornografía artística (colaboración de imágenes, montaje y atmósfera), el segmento animado está dibujado decentemente, es divertido y expresa mejor la visión feminista del sexo, y el penúltimo «Authority» es duro y repugnante para personas más sensibles, pero es el más íntimo y realmente sentido (no actuado). Una experiencia interesante en el polideportivo lleno de gente en Hradiště (una cuarta parte de los espectadores se fueron del auditorio), que siempre quise replicar.

Una tontería contradictoria que sería una buena comedia de situación de 6 episodios. Excelentes cameos (los de Marvel con sus cameos artificiales de Stan Lee deberían aprender de ellos), elenco de primera y algunos chistes geniales ambientados en un mundo antiwéstern audazmente editado que hasta ahora nadie ha hecho. Por otro lado, algunos chistes extremadamente fuertes hasta embarazosos, y escenas dirigidas tan mal que deberían estar más bien en la bonificación con las tomas fallidas. Como si MacFarlane tuviera poco tiempo y ni siquiera hiciera repeticiones. Como si lo hubiera hecho en una semana. Le doy la tercera estrella, y me la estuve pensando unos días, pero el buen humor de la película se la merece. Y se la doy también por Neil Patrick Harris, que es el más divertido de la película. El propio MacFarlane, como el más fuerte del equipo, falló.

Una biografía de una leyenda de Hollywood, interpretada por la estrella número uno de Hollywood, pero con ambiciones al nivel de la novela rosa presentada en la tele. Creo que en esta película todo está mal. Kidman, que suele ser excelente, esta vez no impresiona mucho, los clásicos Langella y Jacobi tienen papeles inútiles, la solución del problema político no cautiva y la producción, que lucha con un bajo presupuesto, solo es capaz de hacer un kitsch barato sin contenido. La escena poética inicial de la película es hermosa y prometedora, pero la última, después de todo ese intento fútil de presentar un juego digno y alto del conflicto de la bondad y la política de poder, es para reír.

Una historia de vida sin un solo momento que valga la pena rodar. Ya hemos visto todos esos fragmentos de vida en otros lugares, donde eran un ingrediente de un objetivo superior del guión. O los experimentamos en casa, por lo que son lo último que queremos ver en el cine. ¿Puede ser feliz una persona con una vida tan banal sin caídas y auges, si no ha conoce el dolor de perder a un ser querido o el sentimiento de amor absoluto? Todo el tiempo estuve esperando qué historias Linklater escribiría para los personajes, si dedicó 12 años a la creación de esta «película de la vida». Y nada. Por cierto, adoro la trilogía Before Sunrise/Sunset/Midnight, que es enfoca conscientemente y al mismo tiempo juguetonamente en un tema específico y lo presenta de manera tal que evoluciona a alguna parte.

Los relatos «Audi vs redneck» y «zrazená tehotná» son magistrales - el primero por su ambientación e imaginación formal, el segundo por los diálogos y el remate asesino de una situación ya súper agudizada. La escena inicial previa a los créditos también es genial, con una transición inolvidable al título de la película. Los demás relatos son buenos, solo el último podría haber sido más corto, por momentos se hunde innecesariamente. En su conjunto, inconsistente emocional y formalmente, pero siempre lo suficientemente divertido. Por fin alguien retrató acertadamente nuestras ansiedades sociales diarias y desacuerdos con el sistema.

Si Gareth Evans dominara guionisticamente los personajes y diálogos como Andy Lau en Juego sucio, sería la mejor película de acción de la historia. Las escenas de peleas son mejores que lo mejor de John Woo. Sin embargo, en la duración, cantidad de personajes y trama se pasaron. Los diálogos que ocupan dos tercios de la película y que intentan construir un drama muy épico son demasiado para los límites dramatúrgicos de un género de acción puro. Pero visualmente es perfecto, especialmente los interiores con detalles a lo de Kubrick. Una maravillosa experiencia estética en la pantalla grande en el Thermal de Karlovy Vary.

Una joven conmovida por un lavado de cerebro religioso y una madre tiránica. Planos largos y estáticos sin música, buena actuación, visualmente austero y demasiado frío, como si ni siquiera tuviéramos que simpatizar con la pobre chica.

¿Una superproducción de pseudo-Hollywood hecha en coproducción y con ideas más allá de lo corriente? Algunas partes están bien (son intrigantes, sorprendentes), otras son ridículas como en las últimas películas de Shyamalan (algunos personajes) o Transcendence, el fracaso de Hollywood de este año. Una chapuza de ciencia ficción repleta de estrellas.

Relajación pictórica de «regreso a lo básico», temáticamente un poco cercana a La delgada línea roja de Mallick. Territorio de guerra, una pequeña isla en el lago y la vida en de un abuelo arrugado y una inocente nieta adolescente. Construcción de una choza de madera, siembra de maíz, pesca. Muy poca música y casi ningún diálogo. Solo una tormenta ocasional, un barco que pasa con soldados o un tiroteo cercano en el bosque alteran la poética relajante de la película. Pantalla ancha ingeniosa, y a pesar del pequeño escenario, rodado sin aburrimiento. Hace mucho que haya disfrutado tanto de una película en la que sucediera tan poco. Bravo.

Instrucciones sobre cómo ganarse una buena vida después de la muerte... El director aborda la historia de una manera minimalista, no cautiva ni sorprende, en algunos momentos incluso aburre, para que al final le dé sentido a todo y con ayuda de los tonos fuertes de la música frágil de Rachel Portman toque nuestro corazón y por fin nos emocione. Una idea encomiable de decidir rodar una historia humana como esta.