Documental - Géneros

Características generales de los documentales

Los documentales son películas que captan y procesan creativamente la realidad. Se diferencian de las películas de acción real, o incluso de las de animación, en que captan la realidad. El documental es, por tanto, un género de no ficción cuyo origen se remonta a la misma época que la aparición del cine como tal, es decir, a finales del siglo XIX. A lo largo de los años, el documental ha evolucionado constantemente, adaptándose al desarrollo de la tecnología y las técnicas cinematográficas, reflejando siempre su presente, lo que hace que la historia del cine documental sea también una historia de los cambios en la sociedad humana. Además, los documentales tienen una función educativa, ya que proporcionan a los espectadores información sobre diversos temas, acontecimientos e ideas, ampliando así sus horizontes, y una función educativa, ya que permiten al público desarrollar sensibilidad y empatía hacia los temas o las vidas humanas representadas. Además, la aportación de los documentales también es plantear temas importantes y preservarlos para las generaciones futuras, poner de relieve problemas del mundo, arrojar luz sobre aspectos concretos de las cuestiones documentadas y también pueden servir como forma de testimonio, proclamación o trabajo de investigación.

Los documentales se basan en la captación de hechos reales, que se presentan desde la perspectiva del autor del documental y se complementan eventualmente con testimonios auténticos o comentarios explicativos o informativos, que no deben malinterpretar los hechos captados. El documental tiene el poder de influir en las opiniones de la gente sobre determinados temas y su percepción del mundo, y los documentalistas son éticamente responsables del contenido de su trabajo, que puede convertirse en manipulador o propagandístico si su objetividad se ve comprometida. Sin embargo, también puede producirse una cierta distorsión de la realidad de forma no intencionada, por ejemplo, mediante el uso de la edición, el estar fuera de contexto, la insuficiente reflexión sobre las diferencias culturales o contemporáneas, o la presencia de una serie de interpretaciones no intencionadas. El punto de vista del cineasta está representado por la cámara, que no sólo tiene la capacidad de observar sino también la de comunicar. Además, la imagen puede ir acompañada de sonidos auténticos (en el rodaje de documentales, el sonido suele captarse por contacto) para profundizar la experiencia de lo visto.


Tipos y subgéneros del cine documental

El tipo más común de documental es el llamado documental interpretativo, que presenta la información y expone la realidad directamente al espectador, utilizando la voz del narrador además de la imagen. Son frecuentes los documentales interpretativos con temas históricos, bélicos o de historia natural. En el caso de algunos acontecimientos históricos reales (por ejemplo, los que la sociedad prefiere nunca más recordar), el documental suele incluir una indicación de la posición del autor sobre el tema, como en los documentales que tratan de cuestiones medioambientales urgentes. Cuando se describen acontecimientos de los que no se dispone de una grabación contemporánea, puede sustituirse por una reconstrucción documental de ficción. En los documentales biográficos, que tradicionalmente desentrañan las historias de los personajes públicos, los registros de la época desempeñan un papel importante, y el comentario narrativo también puede ser sustituido o complementado por los testimonios de los testigos. Por el contrario, los denominados documentales de observación, que consideran que las secuencias audiovisuales captadas son lo suficientemente elocuentes y explicativas por sí, como para no necesitar ir acompañadas de otra voz interpretativa que interfiera innecesariamente en la percepción de la película por parte del espectador, suelen prescindir de los comentarios narrativos.

Los documentales de observación estuvieron en auge en las décadas de 1950 y 1960. Los cineastas estadounidenses desarrollaron el método del «Direct Cinema», que se basaba en la grabación de un acontecimiento en curso, incluyendo testimonios auténticos de testigos, con una intervención mínima del director, mientras que en Europa fue implementó más bien el estilo del «Cinéma vérité», que se diferenciaba por el grado de intervención del documentalista, que utilizaba la cámara y su propia influencia para estimular situaciones de debate. De este modo, este tipo de documental está en la frontera del documental participativo, en el que el autor del documental puede incluso implicarse en el acontecimiento captado y convertirse así en su principal protagonista, pero en tal caso, su objetivo ya no suele ser captar la realidad de forma objetiva, sino captarla emocionalmente y de acuerdo con sus propias convicciones. Entre estos documentales se encuentran los rodados desde su propia perspectiva, en los que sus autores suelen tratar temas más personales, o los documentales autorreflexivos, en los que, además de presentar un tema concreto, se capta el proceso de rodaje. Por el contrario, los documentales de lapso de tiempo suelen centrarse en la observación de una persona concreta (o de varias), cuya vida real y los cambios en ella se describen a lo largo de un periodo de tiempo más largo durante el cual tuvo lugar el rodaje.

También se consideran documentales las grabaciones de eventos deportivos, conciertos de música o rodajes de películas, las llamadas películas sobre películas. La historia natural y los temas sociales y culturales se combinan en los cuadernos de viaje, cuyo objetivo es ofrecer una visión de diversos destinos turísticos exóticos o atractivos. Algunos de los documentales tienen una función apelativa, otros sirven como forma de protesta o expresión de una opinión o posición, otros revelan diversos asuntos políticos y sirven así para presentar el difícil trabajo de investigación de alguien. Algunos cineastas abordan el documental como una herramienta poética, transmitiendo una nueva visión del mundo no a través de actitudes y opiniones, sino a través de su tratamiento estéticamente excepcional, que consiguen mediante el trabajo de cámara, el montaje o la animación, por ejemplo. En cambio, los documentales de televisión, en particular, hacen hincapié en la información más que en la forma artística, por lo que se parecen más a los reportajes y otros trabajos periodísticos.

Además, a lo largo de los años se han desarrollado diversas formas híbridas de documental, cuyos representantes mezclan realidad y ficción. Los más frecuentes en este sentido son las docuficciones, es decir, los documentales que contienen pasajes actuados o escenificados, y los docudramas, que consisten en reconstrucciones ficticias de hechos reales, rodados con técnicas documentales. Una categoría especial son los llamados falsos documentales (o también docucomedias), que también se filman como los documentales normales, pero su contenido es completamente ficticio, inventado. Incluso los llamados pseudodocumentales no se basan en la realidad, pero a diferencia de los falsos documentales, no suelen estar hechos con fines cómicos. Cerca de los pseudodocumentales están también las películas mondo, documentales de explotación que tratan diversos temas chocantes, tabúes y controvertidos, para los que también se ha impuesto el término «shockumentary». El término «found footage» se utiliza para referirse a los largometrajes que se presentan como grabaciones reales de los acontecimientos, a menudo se hacen pasar como imágenes tomadas por cineastas aficionados o cámaras de seguridad, y grabadas como tales. Su opuesto son las películas de «falsa ficción», que, por el contrario, presentan secuencias documentales reales en forma de largometraje, dándoles así un aspecto auténtico.

 

Los hermanos Lumière y otros primeros documentales de la era muda

Las fotografías fueron las precursoras del cine documental, y entre los medios más antiguos para captar la realidad se encontraban las pinturas, las esculturas y otras obras de arte. El quinetoscopio, un dispositivo que permite ver imágenes en movimiento, fue patentado por Thomas Edison, cuya invención de la cámara cinematográfica inspiró la creación del cinematógrafo por los hermanos Louis y Auguste Lumière, los primeros directores de cine. Además, su equipamiento de filmación tenía la considerable ventaja sobre la cámara de Edison de ser considerablemente más pequeño en tamaño y fácilmente portátil. Al mismo tiempo que la invención del cinematógrafo en 1895, nació el cine tal y como lo conocemos hoy en día. Ambos hermanos también rodaban largometrajes de imagen real, pero los documentales dominaron claramente su trabajo. Ellos mismos y sus camarógrafos rodaron documentales por todo el mundo. Todos estos documentales tenían una duración aproximada de un minuto y consistían en una sola toma, siendo los temas más comunes, por supuesto, las actividades cotidianas y diversas situaciones y acontecimientos mundanos e inusuales - véase, por ejemplo, La llegada de un tren a la estación de La Ciotat (1895), La salida de la fábrica Lumière en Lyon (1895) o Demolition of a Wall (1896). Sin embargo, también eran populares los documentales rodados en países exóticos, que daban testimonio del modo de vida local.

El primer largometraje de la historia del cine fue casualmente un documental, una película deportiva llamada The Corbett-Fitzsimmons Fight (1897), que era la grabación de un combate de boxeo. A principios de siglo, la película se utilizaba tanto por motivos científicos como para grabar procedimientos quirúrgicos reales. Los documentales dominaron el cine desde el momento de su creación durante más de una década, antes de ser superados por las películas de ficción de otros géneros con argumentos ficticios. Especialmente los sencillos diarios de viaje, realizados en diversos lugares del mundo, se hicieron populares, y comenzaron a aparecer los primeros documentales biográficos. La docuficción En la tierra de los cazadores de cabezas (1914), ambientada en los pueblos indígenas de América del Norte, y el documental South (1919), centrado en la entonces fracasada expedición real británica a través de la Antártida, estaban muy por encima del nivel de los diarios de viaje convencionales.

En la tierra de los cazadores de cabezas (1914)

En la tierra de los cazadores de cabezas -

 

Escuela del montaje soviético y otros documentales de la década de 1920

Uno de los documentales más famosos de la década de 1920 fue el largometraje documental parcialmente de imagen real titulado Nanook, el esquimal (1922), cuyo director, el estadounidense Robert J. Flaherty, utilizó el método de la puesta en escena ante la cámara para describir la dramática vida de una familia inuit, incluyendo la construcción de iglús y la caza de morsas. Las siguientes películas daban una impresión exótica parecida: Hierba (1925) que seguía el destino de una tribu de persas durante su migración, Chang (1927), sobre una familia indígena tailandesa que vivía en la selva y luchaba contra los animales salvajes, y otra obra de Flaherty, Moana (1926), que, para variar, seguía la difícil vida de los indígenas del Pacífico. Los documentales de Flaherty inspiraron posteriormente al cineasta y productor escocés John Grierson, que promovía la idea de utilizar el documental para poner de manifiesto las deficiencias sociales y estuvo detrás del surgimiento del movimiento documental británico en la década de 1930, aunque él mismo sólo dirigió una película: Pescadores a la deriva (1929), un documental sobre diversos aspectos de la pesca en el Mar del Norte. El director francés Jean Epstein inició su serie de documentales sobre Bretaña con Finis terrae (1929).

En la Unión Soviética, los documentales servían principalmente para fines propagandísticos y didácticos, recapitulando los acontecimientos de la Revolución Rusa, retratando la sociedad humana en sus actividades cotidianas y educando en el pensamiento comunista. La principal corriente cinematográfica de la época era la escuela del montaje soviético, que se definía por el método de recorte del material filmado. Por ejemplo, el documental The Fall of the Romanov Dynasty (1927) se realizó recortando imágenes del archivo cinematográfico personal del zar ruso Nicolás II, y la serie de películas de campaña de Dziga Vertov llamada Kino-Pravda (1922-1925), que se basaba en imágenes editadas de forma creativa para los noticiarios, también fue significativa en este sentido.

Vertov se haría famoso más tarde por su documental experimental El hombre de la cámara (1929), en el que captó con autenticidad la vida de una ciudad utilizando el método de «captar la vida en el acto», que abrió nuevas posibilidades de percibir la realidad, con la cámara desempeñando el papel de «ojo de cine», una especie de ojo mecánico en movimiento dinámico. Además, Vertov utilizó una serie de trucos técnicos en su obra e intercaló escenas de calles concurridas con tomas del camarógrafo trabajando, tematizando así la realización de la propia película. El documentalista alemán Walter Ruttmann también fue muy creativo en su película vanguardista Berlín, sinfonía de una ciudad (1927), grabando a personas desprevenidas con una cámara oculta. Sin embargo, en otras partes del mundo se rodaban en la misma época «sinfonías urbanas» de temática similar, por ejemplo en Estados Unidos (Manhatta, 1921), en Francia (Nothing But Time, 1926, Études sur Paris, 1928) o en Brasil (São Paulo, Sinfonia da Metrópole, 1929).

L'home de la màquina de filmar (1929)

L'home de la màquina de filmar -

 

Documentales de propaganda y otros documentales en las décadas de 1930 y 1940

La Segunda Guerra Mundial, que estaba acercando, contribuyó en gran medida al desarrollo del cine documental en la década de 1930, pero al mismo tiempo, los documentales se alejaron del concepto de captación objetiva de la realidad y se convirtieron en una herramienta de propaganda bélica. Uno de los documentales más famosos de este tipo fue La victoria de la fe (1933) de Leni Riefenstahl y, sobre todo, El triunfo de la voluntad (1935), que trataba del VI Congreso del Reich del NSDAP y presentaba a Hitler y a sus líderes nazis como héroes, y se convirtió en blanco de críticas en muchos países después de la guerra. Aún más controvertido y criticado fue el pseudodocumental antisemita The Eternal Jew (1940), que era esencialmente una preparación para el Holocausto, ya que su propósito era vilipendiar a los miembros del pueblo judío. El documental Campaign in Poland (1940) describe el curso de la campaña militar nazi en Polonia, presentando a los polacos como agresores y opresores.

En el otro lado del conflicto, durante la Segunda Guerra Mundial se rodaron en Estados Unidos una serie de documentales bélicos, dirigidos por Frank Capra, comenzando por Prelude to War (1942), que fue financiado por el gobierno local y que también se utilizó con fines propagandísticos. El director William Wyler rodó el premiado documental The Memphis Belle: A Story of a Flying Fortress (1944), que se centraba en el famoso bombardero apodado «La belleza de Memphis» que operó sobre Alemania en 1942 y 1943. En cambio, el documental antibélico Let There Be Light (1946), de John Huston, sobre soldados que padecen un trastorno de estrés postraumático, fue confiscado por el ejército por su contenido y no fue desclasificado hasta la década de 1980.

En el Reino Unido, en la década de 1930 fue fundada la Sociedad Real de Cine y surgió el movimiento documentalista británico, que abordaba cuestiones sociales y defendía que los documentales debían tener una misión social. Además del mencionado John Grierson, entre los representantes del movimiento se encontraban cineastas como Basil Wright (Night Mail, 1936), Alberto Cavalcanti (Mastery of the Sea, 1940), Harry Watt (Target for Tonight, 1941) y Humphrey Jennings (Fires Were Started, 1943). La película Coal Face (1935) mostró la vida de los mineros y la estructura de la industria minera británica, Housing Problems (1935) era un documental sobre las terribles condiciones de la gente que vivía en los barrios bajos de Londres, y películas como London Can Take It! (1940) o Listen to Britain (1942) relataban las consecuencias de la guerra para la gente corriente. El documental Desert Victory (1943), galardonado con un Óscar, trataba de los combates de la guerra en el norte de África, y Calling Mr. Smith (1943) fue, para variar, una de las primeras propagandas antinazis.

En Estados Unidos, muchos documentales se centraron en la vida durante la Gran Depresión, los problemas medioambientales y otros fenómenos sociales. A este respecto, cabe destacar las películas The Plow That Broke the Plains (1936), que captó la transformación del paisaje como resultado de la actividad agrícola humana, The River (1938), que puso de manifiesto los efectos de la erosión del suelo en la cuenca del río Misisipi, y The City (1939), que se centró en el desarrollo de las ciudades estadounidenses. El documental belga Misery in the Borinage (1933) retrataba la explotación de los trabajadores en una mina de carbón belga, mientras que la película estadounidense Tierra de España (1937) trataba de la Guerra Civil española en curso. El director Robert J. Flaherty volvió a su método de documental escenificado en Hombres de Arán: hombres y monstruos (1934), que captaba a los pescadores trabajando en la costa irlandesa, y Louisiana Story (1948), ambientada en la Luisiana rural. El director español Luis Buñuel culminó su primera etapa creativa con Tierra sin pan (1933), un documental surrealista sobre una región empobrecida de España, y Leni Riefenstahl celebró su éxito con una serie de documentales en dos partes Olimpiada, parte 1 (1938) y Olimpiada, parte 2 (1938), que captaron los Juegos Olímpicos de 1936 en Berlín. Sin embargo, tras el final de la Segunda Guerra Mundial, el cine documental en los países occidentales se silenció durante un tiempo, porque estaba demasiado vinculado a la propaganda, y poco a poco empezó a competir con los documentales de televisión.

El triunfo de la voluntad (1935)

El triunfo de la voluntad -

 

Cinéma verité y otros movimientos documentales

La producción de documentales se vio facilitada en gran medida por los avances tecnológicos de la década de 1950: el uso del magnetófono portátil permitió captar el sonido simultáneamente con la imagen, y las cámaras más ligeras permitieron rodar con un equipo de rodaje mucho más reducido. Además, a partir de los años 50, se empezaron a hacer en mayor medida documentales para televisión, lo que contribuyó al desarrollo de varios subgéneros documentales, siendo los más comunes los de historia natural, históricos y biográficos, que no exigían demasiado en el tratamiento artístico. Los cambios en los procesos del cine documental también provocaron el deseo de explorar nuevos ámbitos del realismo cinematográfico, lo que dio lugar a la creación de diversos movimientos documentales en todo el mundo. En Francia era el Cinéma vérité, en Estados Unidos el Direct Cinema y en el Reino Unido el Free Cinema, o sea, «Cine Libre». Este último consistía principalmente en la producción de cortometrajes documentales que trataban sobre la vida de los trabajadores y los habitantes de los barrios obreros. Los principales representantes de esta corriente fueron, entre otros, los directores Karel Reisz (We Are the Lambeth Boys, 1959) y Lindsay Anderson (Thursday's Children, 1955, que ganó un Óscar, y Every Day Except Christmas, 1957).

En Francia, el director Alain Resnais se dio a conocer con varios cortometrajes documentales, por ejemplo, las películas biográficas Van Gogh (1948) y Paul Gauguin (1950), Guernica (1950) y Toda la memoria del mundo (1956), y Noche y niebla (1956), un documental sobre los campos de concentración nazis. Otro cortometraje documental destacable es Blood of the Beasts (1949), de Georges Franju, que combinó el tema de la matanza de animales en los mataderos con imágenes de la vida cotidiana en París. Sin embargo, los fundadores del método Cinéma vérité fueron los documentalistas Edgar Morin y Jean Rouch, que intentaron seguir los pasos de Dziga Vertov y su «cine de la verdad». Su documental Crónica de un verano (1961), que consistía en dirigirse a la gente de la calle como parte de una encuesta sociológica, se convirtió en un manifiesto del Cinéma vérité y fue el primer largometraje francés realizado con sonido de contacto. Otros directores asociados a este movimiento fueron Chris Marker (The Lovely Month of May, 1963), Mario Ruspoli (Strangers of the Earth, 1961) y Marcel Ophüls (The Sorrow and the Pity, un documental exhaustivo de cuatro horas sobre Francia durante la ocupación nazi, 1969).

El movimiento estadounidense del Direct Cinema también surgió a principios de los años 60, pero se diferenciaba del Cinéma vérité por la ausencia total de intervención del cineasta en el proceso de rodaje. Entre sus fundadores se encuentran los directores Robert Drew (Primary, 1960), Richard Leacock (Happy Mother's Day, 1963) y los hermanos Albert y David Maysles (Salesman, 1969). De los demás representantes principales hay que mencionar al documentalista D. A. Pennebaker, cuya película sobre los bastidores de la gira de conciertos británica de Bob Dylan, Dont Look Back (1967), inició la popularidad de los documentales musicales, y Frederick Wiseman, que rodó varias de sus películas en instituciones estatales como un hospital psiquiátrico (Titicut Follies, 1967), un instituto (High School, 1968), un hospital de Nueva York (Hospital, 1970), un tribunal de menores (Juvenile Court, 1973) y una institución de asistencia social (Welfare, 1975). El método del cine directo también fue utilizado por algunos documentalistas canadienses, como Michel Brault (The Snowshoers, 1958), Pierre Perrault (For Those Who Will Follow, 1962) y Allan King (A Married Couple, 1969).

La tristeza y la piedad (1969)

La tristeza y la piedad -

 

Otros documentales notables de las décadas de 1950 y 1960

El documental Four Days in November (1964) utilizó innumerables imágenes de noticias y otros materiales de vídeo para crear una noticia detallada de las circunstancias alrededor del asesinato del presidente J. F. Kennedy, mientras que el documental ganador de un Óscar The Eleanor Roosevelt Story (1965) trataba de la personalidad de la esposa del Presidente Roosevelt. El documental soviético El fascismo ordinario (1965) utilizó el ejemplo del régimen fascista para advertir de los peligros de la aparición de ideologías totalitarias. El experimento sociológico de la televisión británica titulado Seven Up! (1964) causó una impresión extraordinaria. Su intención era observar a catorce niños de siete años de diferentes entornos socioeconómicos y luego volver a verlos cada siete años. La primera película de esta serie de documentales en tiempo real fue dirigida por el cineasta Paul Almond en colaboración con el director Michael Apted que empezaba su carrera y quien más tarde dirigió otros episodios en 1970 (Seven Plus Seven), 1977 (21 Up), 1985 (28 Up), 1991 (35 Up), 1998 (42 Up), 2005 (49 Up), 2012 (56 Up) y 2019 (63 Up).

Varias películas de historia natural tuvieron éxito, primero el documental estadounidense El desierto viviente (1953), que ganó un Óscar por su retrato de la vida animal en las regiones desérticas del suroeste de Estados Unidos, y luego la película francesa El mundo del silencio (1956), galardonada con un premio Óscar, dirigida por el famoso oceanógrafo Jacques-Yves Cousteau y centrada en la diversa vida en el mar. Además, documentales como Adventures in the Red Sea (1951) y Under the Caribbean (1954) del cineasta austriaco Hans Hass intentaron mostrar detalladamente el mundo submarino. El documental deportivo The Endless Summer (1966) se convirtió en un fenómeno, al seguir las aventuras de dos surfistas y de hecho cambió la opinión de la sociedad en cuanto a la comunidad del surf que hasta entonces no comprendía.

En la década de 1960, nació en Italia el término «mondo film» para referirse a los documentales de explotación con contenidos impactantes, tabúes y generalmente controvertidos. Con la intención de chocar, Este perro mundo (1962) fue la primera película que dio nombre al subgénero, a la que siguieron películas como Women of the World (1963), Taboos of the World (1963), Adiós África (1966), la estadounidense Mondo Topless (1966) y la posterior alemana Asia perversa - Continente del sexo y del horror (1976). El director Pier Paolo Pasolini también eligió un tema peliagudo para su documental Encuesta sobre el amor (1964), en el que se dedicó a crear una encuesta sobre la intimidad y la sexualidad humanas durante su viaje por Italia.

El mundo del silencio (1956)

El mundo del silencio -

 

Documentales musicales y políticos de la década de 1960 y 1970

Después de la película Dont Look Back del director D. A. Pennebaker, los documentales musicales se convirtieron en un fenómeno, un fenómeno que el propio Pennebaker alimentó con su siguiente película Monterrey Pop (1968), que era un resumen del festival internacional de música de tres días celebrado en California en 1967. El año 1970 fue excepcional en cuanto a documentales musicales, ya que fueron realizadas las películas Los Rolling Stones (Gimme Shelter), rodada durante el trágico concierto de los Rolling Stones en el que murió apuñalado uno de sus fans, Let It Be, sobre los Beatles al final de su existencia, Elvis show. Así es como es, sobre la estancia de cuatro semanas de Elvis Presley en un hotel de Las Vegas, y la oscarizada Woodstock, de tres horas de duración, que fue premiada por documentar uno de los mayores acontecimientos rockeros de la historia. La película musical Sympathy for the Devil (1968) de Jean-Luc Godard está entre el documental y la ficción, el documental Elvis Presley: On Tour (1972) siguió al Rey del Rock 'n' Roll durante su gira de conciertos e Imagine (1972) fue rodada por John Lennon y Yoko Ono sobre ellos mismos y sus canciones. El docudrama musical Jimi Hendrix - Rainbow Bridge (1972) analizaba el estilo de vida de los hippies con el telón de fondo del concierto de Hendrix en Hawai, Janis - The Way She Was (1974) combinaba varias actuaciones musicales de Janis Joplin con testimonios auténticos de su vida, y el posterior El último vals (1978), dirigido por Martin Scorsese, se convirtió no sólo en la grabación del último concierto de The Band, sino también en un retrato de la escena del rock de los años 70.

Al mismo tiempo, desde la segunda mitad de la década de 1960, muchos documentales trataron temas políticos controvertidos, explorando fenómenos sociales fundamentales y convirtiéndose así en herramientas críticas para defender determinados puntos de vista y opiniones. Varios directores famosos participaron en la producción de Far from Vietnam (1967), un documental de protesta contra la intervención estadounidense en la guerra de Vietnam, e In the Year of the Pig (1968) y Hearts and Minds (1974) también trataban el mismo tema. Muchos documentalistas se vieron influenciados por La hora de los hornos: Notas y testimonios sobre el neocolonialismo, la violencia y la liberación (1968), una película argentina en tres partes y más de cuatro horas en total, que criticaba el capitalismo, el neocolonialismo y el régimen militar argentino de la época y pedía libertad y revolución. El documental japonés Minamata: las víctimas y su mundo (1972) era sobre el escándalo de una fábrica industrial que provocó un desastre ecológico, numerosas enfermedades y la muerte de varias decenas de personas al verter residuos en las aguas circundantes.

El último vals (1978)

El último vals -

 

Otros documentales importantes de la década de 1970

En línea con el movimiento del Direct Cinema, los hermanos Albert y David Maysles, en colaboración con otros cineastas, rodaron Grey Gardens (1975), un documental basado en la fuerte relación entre dos mujeres, madre e hija, de la familia de Jackie Kennedy. La directora Barbara Kopple utilizó el mismo método de observación en su documental ganador del Óscar titulado Harlan County, U.S.A. (1976), que era sobre una huelga de mineros de más de un año en Kentucky. El director alemán Werner Herzog se centró en la vida de los sordociegos en el documental Land of Silence and Darkness (1971), Martin Scorsese contó la historia de su familia y de la comunidad italiana en Nueva York en Italianamerican (1974), y Orson Welles se centró en el tema de las estafas y mistificaciones en el mundo del arte en Fraude (1974). El documental The California Reich (1975) se dedicó a los grupos neonazis que operaban en varias ciudades californianas, mientras que Alemania en otoño (1978) describía el ambiente en Alemania Occidental tras los ataques de la organización terrorista RAF. Los documentales biográficos también recurrieron a personajes controvertidos como el presidente ugandés Idi Amin Dada (General Idi Amin Dada, 1974) y Adolf Hitler (Hitler: una biografía, 1977).

Los documentales deportivos encontraban temas adecuados en, por ejemplo, los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972 (Visions of Eight, 1973), el culturismo, protagonizado por el múltiple campeón y aspirante a actor Arnold Schwarzenegger (Pumping Iron, 1977), o las carreras de fórmula y sus riesgos para los pilotos (Los Guerreros de la Fórmula 1, 1978). El documental recopilatorio británico Hermano, ¿me das diez centavos? (1975) consistía en imágenes de época que mostraban la Gran Depresión de los años 30, el documental editado Érase una vez en Hollywood (1974) y su secuela Hollywood, Hollywood (1976) sirvieron de guía para el mundo de los musicales de Hollywood. Animals Are Beautiful People (1974), un cómico documental sudafricano sobre la naturaleza, destacó por mostrar a los animales realizando actividades poco convencionales y por comparar su comportamiento con el de los humanos.

Fraude (1974)

Fraude - Orson Welles

 

Errol Morris, Godfrey Reggio y documentales de la década de 1980

Errol Morris, que debutó como director con Gates of Heaven (1978), un documental que giraba en torno al traslado de un cementerio de animales a un lugar nuevo, se convirtió en una figura destacada del panorama documental de la década de los años 80. Su siguiente película, Vernon, Florida (1981), era un retrato de los extravagantes habitantes de un pequeño pueblo de Florida. Su obra más famosa, sin embargo, fue la película de investigación The Thin Blue Line (1988), que demostró en la práctica el poder y el impacto del cine documental en la vida humana real. Este documental era sobre la investigación del asesinato de un policía en 1976, en la que Morris utilizó una combinación de entrevistas y reconstrucciones ficticias para poner de manifiesto una serie de ambigüedades en el caso, ayudando finalmente a salvar de la pena de muerte al hombre condenado por error y posteriormente liberado de la cárcel. Un gran fenómeno sociocultural fue el coloso documental de más de nueve horas de duración titulado Shoah (1985), del director Claude Lanzmann, que presentó una visión única y completa del Holocausto, compuesta exclusivamente por testimonios de testigos presenciales y supervivientes de los campos de concentración. Otro documental importante fue El café atómico (1982), que examinaba el impacto de la bomba atómica en la sociedad humana, a partir de la primera prueba nuclear en 1945.

El documentalista Godfrey Reggio también estableció su estilo distintivo, primero cuando se expresó sin palabras sobre la existencia humana en una sociedad tecnocrática en su meditativo collage visual Koyaanisqatsi (1982), y posteriormente utilizó el mismo método en Powaqqatsi (1988), un documental sobre la vida en los países en desarrollo y los restos de las culturas indígenas. Más tarde completó su trilogía de la civilización con Naqoyqatsi (2002), en la que puso de manifiesto los problemas fundamentales del mundo moderno, en el que el hombre se acerca cada vez más hacia su propia extinción. También merece la pena mencionar su corto documental Anima Mundi (1992), en el que exploraba la belleza de la naturaleza amenazada por la actividad humana.

El documental musical The Decline of Western Civilization (1981) se centraba en la escena punk de Los Ángeles, mientras que Stop Making Sence (1984) era una película sobre la actuación del grupo Talking Heads en un concierto, y la película Depeche Mode: 101 (1989) capturó a Depeche Mode en la cima de su carrera. El documental Burden of Dreams (1982) era sobre el rodaje de la película Fitzcarraldo de Werner Herzog. El documental biográfico La época de Harvey Milk (1984), sobre el primer político abiertamente gay de la historia de California, también ganó un Óscar. El documental Hotel Terminus: The Lives and Times of Klaus Barbie (1988) era un retrato del criminal de guerra nazi Klaus Barbie, que llegó a ser conocido como el «Carnicero de Lyon», y Let's Get Lost (1988) era sobre el trompetista de jazz Chat Baker. Además, se rodaron muchos otros documentales biográficos, como Bruce Lee, la leyenda (1984), Antonio Gaudí (1984), Marilyn Monroe: Beyond the Legend (1987), Imagine: John Lennon (1988) o Directed by Andrei Tarkovsky (1988). También cabe mencionar dos falsos documentales notables: el documental biográfico sobre el hombre ficticio Zelig (1983) y el documental musical sobre la ficticia banda de hard-rock This Is Spinal Tap (1984). La controvertida película de terror italiana Holocausto caníbal (1980), en la que un grupo de cineastas fue al Amazonas para filmar a una tribu de nativos caníbales, también se hizo pasar por un documental, y el grupo de cineastas supuestamente fue asesinado y comido por miembros de la tribu al final de la película.

Koyaanisqatsi (1982)

Koyaanisqatsi -

 

Werner Herzog, Ulrich Seidl y los documentales de la década de 1990

La directora Barbara Kopple, cuya película American Dream (1990) fue galardonada con un Óscar, igual que su debut, volvió al cine documental y al tema de los trabajadores en huelga después de muchos años. Entre sus otras películas destaca el documental Wild Man Blues (1997), sobre la gira europea del grupo de jazz de Woody Allen, que unos años antes había pasado por un periodo difícil en su vida. Buena Vista Social Club (1999), de Wim Wenders, era también un documental musical cuyos protagonistas eran músicos cubanos. El documental Paris Is Burning (1990), de Jennie Livingston, era sobre las fiestas de la comunidad LGBTQ, mientras que El celuloide oculto (1995), para variar, contaba la historia de la representación de la homosexualidad en Hollywood. La película Waco: The Rules of Engagement (1997) reveló la investigación de la intervención de las fuerzas de seguridad estadounidenses contra los miembros de una secta religiosa, en la que murieron varias docenas de personas durante el asedio de su sede que duró casi dos meses. The War Room (1993) giraba en torno a la campaña presidencial de Bill Clinton, Cuatro niñas (1997) de Spike Lee se refería al atentado de 1963 en una iglesia de Alabama para afroamericanos en el que murieron cuatro niñas, y el documental ganador del Óscar Un día de septiembre (1999) abordaba las acciones de un grupo terrorista palestino en los Juegos Olímpicos de Múnich.

El cineasta alemán Werner Herzog continuó su labor documental con, entre otras, la película Lecciones en la oscuridad (1992), un ensayo cinematográfico sobre el tema de la destrucción en el hombre y en el mundo, El pequeño Dieter necesita volar (1997), la historia de un aviador alemán del ejército estadounidense que logró escapar del cautiverio enemigo durante la guerra de Vietnam, y Mi enemigo íntimo (1999), una reflexión sobre su propia y complicada relación laboral con el actor Klaus Kinski. El documentalista austriaco Ulrich Seidl dirigió la docuficción sobre el amor fronterizo Hay que contar con pérdidas (1992) y luego encontró su estilo en el método de filmar a personas especiales con gustos especiales en el documental Animal Love (1996), cuyos protagonistas eran verdaderos amantes de las mascotas. El documental editado de Dušan Hanák, Cabezas de papel (1995), cubrió la situación política de Checoslovaquia entre 1945 y 1989, mientras que el ambiente poco después de la Revolución de Terciopelo y más tarde también tras la división de Checoslovaquia fue captado por el documentalista Karel Vachek en sus ensayos filosófico-sociológicos New Hyperion or Liberty, Equality, Brotherhood (1992) y What Is to Be Done (1996). En Francia fueron exitosos los documentales sobre la naturaleza: el director Luc Besson encantó con su inmersión en el mundo submarino en Atlantis (1991) y luego impresionó el documental Microcosmos (1996), cuyos autores Marie Pérennou y Claude Nuridsany desarrollaron una cámara especial para captar primeros planos de insectos y pequeños animales.

Los documentales biográficos trataban de personalidades como, entre otras, la cantante Madonna (En la cama con Madonna, 1991), el científico Stephen Hawking (A Brief History of Time, 1991), el actor Bruce Lee (La maldición del Dragón, 1993), el dibujante de cómics Robert Crumb (Crumb, 1994) y el boxeador Muhammad Ali (Cuando éramos reyes, 1996). El documental muy visual titulado Baraka (1992) era un peregrinaje sin palabras a través de varias culturas y civilizaciones, el documental deportivo Hoop Dreams (1994) seguía a dos estudiantes de secundaria afroamericanos durante seis años hasta sus carreras estelares en la famosa liga de baloncesto, y la película canadiense Marihuana (1999) exploraba la historia del consumo de marihuana en Estados Unidos y los esfuerzos del gobierno por regularlo. El documental Corazones en tinieblas (1991) trazó el problemático rodaje de la película bélica de Francis Ford Coppola Apocalypse Now y la película Beyond 'JFK': The Question of Conspiracy (1992) se centró, para variar, en el rodaje del drama JFK de Oliver Stone.

En el documental de cuatro horas Un viaje personal con Martin Scorsese a través del cine americano (1995), el famoso director ofreció un recorrido con comentarios por obras icónicas del cine de Hollywood. El documental Trekkies (1997) permitió conocer la comunidad de los fans de Star Trek, y el documental American Movie (1999) también fue un éxito, ya que trataba sobre un aficionado al cine que intentaba terminar su película de terror amateur y triunfar como cineasta independiente. También cabe destacar el falso documental belga Ocurrió cerca de su casa (1992), en el que un equipo de documentalistas observaba y filmaba a un asesino en serie cuando realizaba los asesinatos. La película de terror de imagen real El proyecto de la bruja de Blair (1999) también fue rodada como un documental, y en el momento de su estreno fue presentada como una grabación auténtica realizada por varios estudiantes que se habían perdido en el bosque en extrañas circunstancias.

El final de la década de 1990 y el comienzo del nuevo milenio vinieron acompañados de tres aspectos importantes en lo que respecta al cine documental (o al cine en general): el uso generalizado de Internet, la entrada de las tecnologías digitales en el entorno cinematográfico y la caída de los precios de las cámaras portátiles. Gracias a estos tres factores, las posibilidades de hacer películas, y especialmente documentales, se abrieron a un número mucho mayor de cineastas que podían rodar y editar sus propias películas con su propio equipamiento. Aumentó el número de documentales con historias personales, en los que los autores se representaban a sí mismos o a sus seres queridos. Además, después del cambio de milenio, hubo un aumento en el número de documentales que tuvieron éxito financiero en los cines, con sus ganancias en muchos casos impulsadas por su lanzamiento en DVD.

Lecciones en la oscuridad (1992)

Lecciones en la oscuridad -

 

Michael Moore y otros documentalistas del nuevo milenio

Michael Moore, un cineasta independiente que exploró los defectos de la América corporativa, su política y sus males sociales, se convirtió en un importante personaje del documental estadounidense a principios del nuevo milenio. En sus documentales, a menudo desempeñaba el papel de protagonista principal y de una especie de guía comprometido, que no dudaba en cometer una serie de manipulaciones y engaños con la información a la hora de expresar sus puntos de vista y de inclinar la opinión pública hacia su lado, incluso mediante el humor y los mensajes subliminales. Moore había debutado ya en 1989 con la película muy exitosa Roger y yo (1989), en la que abordaba los despidos masivos en una fábrica de automóviles que provocaron el colapso económico de su ciudad natal. También abordó el maltrato a los empleados de las empresas multinacionales en el documental The Big One (1997) y en el posterior Capitalism: Una historia de amor (2009).

Michael Moore alcanzó un éxito considerable cuando ganó un premio de la Academia por Bowling for Columbine (2002), cuyo título hacía referencia a la masacre de la Escuela Preparatoria de Columbine, y en la que Moore se dedicó a las diferentes opiniones acerca del mercado estadounidense de las armas de fuego. Su película Fahrenheit 9/11 (2004), que se convirtió en el documental más taquillero de la historia del cine en su momento, fue controvertida y se realizó para desacreditar al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, en el periodo previo a las elecciones y para acusarle de una serie de delitos que supuestamente cometió antes y después del 11 de septiembre de 2001. Moore trabajó con la opinión pública antes de las elecciones también durante el rodaje del documental Captain Mike Across America (2007). La siguiente película de Moore, Sicko (2007), era una indagación sobre los problemas del sistema de salud estadounidense; en ¿Qué invadimos ahora? (2015), Moore comparaba a Estados Unidos con varios países europeos; y en Fahrenheit 11/9 (2018), volvió al tema de las elecciones presidenciales, esta vez con el candidato Donald Trump al frente.

Un director de documentales deportivos bien interesante fue Stacy Peralta, que irrumpió en la escena con Dogtown y Z-Boys (2001), un documental sobre patinadores, luego rodó el documental sobre surfistas titulado Riding Giants (2004), y después volvió a los patines en Bones Brigade: An Autobiography (2012). Y en la película Crips y Bloods: Made in America (2008) se centra en dos bandas de jóvenes afroamericanos de Los Ángeles. Otra figura popular en el campo de los documentales fue Morgan Spurlock, cuya película-experimento Super Size Me (2004), en la que apuntaba a la obesidad en Estados Unidos y comía exclusivamente en restaurantes de comida rápida durante un mes, se convirtió en un fenómeno social. A continuación, Spurlock protagonizó sus otros documentales Where in the World Is Osama Bin Laden? (2008), La historia más grande jamás vendida (2011), ¡Qué bonito es ser un hombre! (2012) y más tarde en Super Size Me 2: Holy Chicken! (2017).

El famoso documentalista Errol Morris vivió un resurgimiento profesional, al ganar un Óscar por la película Rumores de guerra (2003), concebida como las confesiones de un antiguo Secretario de Defensa de Estados Unidos que ocupó ese cargo durante la guerra de Vietnam. Morris repitió más tarde este modelo en el documental Donald Rumsfeld: Certezas desconocidas (2013), cuyo protagonista era, para variar, el antiguo secretario de Defensa en el momento en que se iniciaron las operaciones militares estadounidenses en Afganistán e Irak. Antes, sin embargo, Morris rodó el documental S.O.P: Standard Operating Procedure (2008) sobre las prácticas inhumanas en la prisión de Bagdad para presos políticos, y Tabloid (2010), en el que abordaba el curioso caso de una antigua reina de la belleza convertida en secuestradora en la década de 1970. El director Werner Herzog añadió a su filmografía el documental Grizzly Man (2005), la historia de un ecologista que pasó años entre osos, y Encuentros en el fin del mundo (2007), centrada en la vida de los investigadores trabajan en el duro entorno de la Antártida.

La directora checa Helena Třeštíková se convirtió en una promotora del documental de lapso de tiempo. Como parte de su método, estuvo rodando continuamente la vida de varias personas durante varios años, dando lugar a los documentales Marcela (2006), René (2008) y Katka (2009), y posteriormente también Mallory (2015) y The Strnads (2017). En su serie de cuatro documentales Forgotten Transports to... (2007-2010), el historiador Lukáš Přibyl exploró los traslados menos conocidos de judíos deportados a campos de concentración y guetos en Letonia, Estonia, Bielorrusia y Polonia. El documentalista eslovaco Pavol Barabáš se convirtió en una figura destacada en el ámbito de los diarios de viaje gracias a sus películas Mysterious Mamberano (2000), OMO – A Journey to the Primaeval Age (2002), Amazonia Vertical (2004) y decenas de otras.

Roger y yo (1989)

Roger y yo - Michael Moore

 

Otros documentales importantes después de 2000

Los temas de los distintos documentales fueron desde el genocidio de Ruanda (The Last Just Man, 2002), la crítica de las empresas multinacionales (La corporación (Corporaciones ¿Instituciones o psicópatas?), 2003), un caso de abuso sexual de menores (Capturing the Friedmans, 2003) y el abuso y la matanza de animales para fines humanos (Earthlings, 2005), hasta el ascenso de la mafia de la cocaína en Miami (Cowboy Cocaine, 2006), la invasión de Irak liderada por Estados Unidos (La guerra sin fin..., 2007) y las manifestaciones antigubernamentales de Birmania (Birmania VJ: Informando desde un país cerrado, 2008). El documental La pesadilla de Darwin (2004) describía diversos problemas mundiales, desde el comercio de pescado hasta el de armas, Workingman's Death (2005) trataba de diversas formas de trabajo forzado, el documental ganador del Óscar Taxi al lado oscuro (2007) criticaba las prácticas de interrogatorio del ejército estadounidense en el caso de un taxista afgano, Food, Inc. (2008) ofrecía una mirada al gran negocio de la producción de alimentos y Bigger Stronger Faster* (2008) se centraba en el culturismo y el aspecto moral del uso de esteroides. La película de animación galardonada con un Óscar Vals con Bashir (2008), que volvía a las masacres en los campos de refugiados palestinos en la década de 1980, destacaba por su curiosa forma documental.

En contraste con estas pesadas películas estaban los documentales más ligeros, por ejemplo, sobre varias formas de recolectar cosas (Los espigadores y la espigadora, 2000), los concursos de deletreo para niños (Spellbound, 2002), las clasificaciones de accesibilidad de las películas estadounidenses (Los censores de Hollywood, 2006), la historia de los juegos de vídeo de las máquinas tragaperras de competición (The King of Kong, 2007), y las miradas entre bastidores de los estudios de animación Pixar (La historia de Pixar, 2007) y Disney (Waking Sleeping Beauty, 2009). El documental cómico Religulous (2008) apuntaba satíricamente para el fanatismo religioso, y con la sátira también trabajó la comedia de estilo documental Borat (2006), cuya historia ficticia se complementaba con enfrentamientos auténticos entre varios estadounidenses y el personaje ficticio de un extraño reportero kazajo.

El documental musical This Is It (2009), estrenado poco después de la muerte del cantante Michael Jackson, y que era sobre los preparativos de su concierto nunca realizado, se convirtió en el documental más taquillero de la historia del cine. Fueron rodados otros documentales musicales, por ejemplo, sobre la vida de los miembros de Metallica (Metallica: Some Kind of Monster, 2003), sobre el grupo post-punk Joy Division (Joy Division, 2007), sobre una serie de pequeños conciertos de Sigur Rós (Heima, 2007) y sobre el metal como género musical en general (Metal: A Headbanger's Journey, 2005). También hubo muchos documentales de naturaleza destacados, como Nómadas del viento (2001), Deep Blue (2003), Genesis (2004), el oscarizado El viaje del emperador (2005), Tiburón, en las garras del hombre (2006), Animals in Love (2007), Los reyes del Ártico (2007), The Meerkats (2008) y Océanos (2009). Los documentales relacionados temáticamente Una verdad incómoda (2006), Tierra, la película de nuestro planeta (2007) y Home (2009) llamaron la atención sobre los problemas medioambientales en todo el mundo.

Con el cambio de milenio, se rodaron varios documentales sobre famosos cineastas, películas y la historia de Hollywood, por ejemplo, Stanley Kubrick, una vida en imágenes (2001), Woody Allen: A Life in Film (2002), Charlie: Vida y obra de Charles Chaplin (2003), La generación que cambió Hollywood (2003), A Decade Under the Influence (2003), Final Cut: The Making and Unmaking of Heaven's Gate (2004), Midnight Movies: From the Margin to the Mainstream (2005), Dentro de Garganta profunda (2005) y Manual de cine para pervertidos (2006). Documentales complejos de varias horas como King Kong: Diarios de post-producción de Peter Jackson (2005) o Días peligrosos: Creando Blade Runner (2007) se dedicaron a la realización de películas muy exitosas de Hollywood, mientras que Perdidos en La Mancha (2002), por el contrario, era sobre cómo la realización de una película se vio impedida por varias circunstancias desafortunadas.

El documental biográfico The Power of Good: Nicholas Winton (2002) exploró el acto heroico de un hombre que transportó en secreto a varios cientos de niños, en su mayoría judíos, a Gran Bretaña durante la ocupación nazi de Checoslovaquia. Man on Wire (2008) trataba sobre un artista callejero que decidió caminar sobre una cuerda entre los edificios del World Trade Center en los años 70. Además, se rodaron documentales biográficos sobre personalidades como el fotógrafo James Nachtwey (Fotógrafo de guerra, 2001), el productor de Hollywood Robert Evans (El chico que conquistó Hollywood, 2002), el rapero Tupac Shakur (Tupac: Resurrection, 2003), el escritor Charles Bukowski (Bukowski: Born into This, 2003), el músico Bob Dylan (Bob Dylan: No Direction Home, 2005), el presidente checo Václav Havel (Ciudadano Havel, 2007), el científico Albert Einstein (Einstein, 2008) o el pianista Glenn Gould (Genius Within: The Inner Life of Glenn Gould, 2009).

El viaje del emperador (2005)

El viaje del emperador -

 

Gran auge de los documentales después de 2010

El aumento del volumen de producción cinematográfica en el siglo XXI incluyó también las películas documentales, que empezaron a aparecer en abundancia, abarcando una gran variedad de temas. Trataron, entre otras cosas, de la crisis económica de 2008 (la oscarizada Inside Job, 2010), de la propaganda bélica en los medios de comunicación modernos (La guerra que usted no ve, 2010), de los asesinatos masivos en Indonesia en la década de 1960 (The Act of Killing, 2012) o del dopaje en el ciclismo de competición (la oscarizada Ícaro, 2017). Los problemas de la era digital también fueron objeto de los documentales, por ejemplo, sobre la recogida de datos de conversaciones electrónicas privadas (la oscarizada Citizenfour, 2014) o los efectos negativos de las redes sociales (El dilema de las redes sociales, 2020). El documental I Am Not Your Negro (2016) retrataba la historia de las luchas de los afroamericanos contra la supremacía blanca, mientras que Enmienda XIII (2016) exploraba el tema de la esclavitud moderna en el sistema penitenciario estadounidense. El documental recopilatorio Ellos no envejecerán (2018) consistía en imágenes de archivo de la Primera Guerra Mundial restauradas digitalmente y convertidas a color. El documental de investigación Collective (2019) ofreció un retrato desilusionado del sistema sanitario rumano, mientras que la auténtica confesión titulada Para Sama (2019) se rodó en las calles de Siria durante la guerra civil.

Entre los trabajos sobre temas menos serios destacan los documentales sobre la preparación del sushi (Jiro Dreams of Sushi, 2011), el programa espacial estadounidense (Apollo 11, 2019) y la vida de un apicultor macedonio (Honeyland, 2019). El documental Bebés (2010) mostró la vida de cuatro niños pequeños de diferentes partes del mundo, mientras que The Other F Word (2011) se dedicó a los miembros de una banda punk convertidos en padres. Searching for Sugar Man (2012) ganó un Óscar por su retrato de Rodríguez, un músico que se convirtió en una leyenda del rock en los años 70 sin saberlo. También hubo varios falsos documentales y películas de found-footage de ficción, cuyo contenido de ficción variaba temáticamente desde la búsqueda de trolls noruegos (The Troll Hunter, 2010) hasta la vida de los vampiros en Nueva Zelanda (Lo que hacemos en las sombras, 2014).

Y el ya considerable número de documentales de historia natural creció aún más con, entre otras, las películas Grandes felinos africanos: El reino del coraje (2011), One Life (2011), Planeta Océano (2012), Polar Bears: A Summer Odyssey (2012), Chimpancés (2012), Osos (2014), Las estaciones (2015), Järven tarina (2016), March of the Penguins 2: The Next Step (2017), Un día maravilloso en la Tierra (2017), Planet Czechia (2017), Untamed Romania (2018) o Reina de elefantes (2018). Los documentales Blackfish (2013) y Keiko the Untold Story of the Star of Free Willy (2013) abordaron el destino de dos orcas particulares, mientras que el documental ganador del Óscar Lo que el pulpo me enseñó (2020) contó la historia de la especial amistad de un cineasta con un curioso cefalópodo. Documentales como The Cove (2009), La caza del marfil (2016) y Sharkwater: Extinction (2018) pretendía acabar con la matanza de animales salvajes, mientras que Plastic Planet (2009) y A Plastic Ocean (2016) abordaban el problema de la contaminación por plásticos marinos. La película Racing Extinction (2015) también contribuyó a la crítica del peligro que corren las especies animales, mientras que los documentales Lucent (2014), Cowspiracy: The Sustainability Secret (2014) y Dominion (2018) criticaron al asunto problemático de la producción ganadera, y al excesivo desperdicio de alimentos se dedicó el documental Taste the Waste (2010). La película David Attenborough: Una vida en nuestro planeta (2020) sirvió no sólo para recapitular la carrera del famoso documentalista, sino también para lanzar un mensaje apelativo sobre el estado del medio ambiente.

El documentalista italiano Gianfranco Rosi tuvo éxito con sus trabajos sobre la vida en torno a la autopista romana (Sacro GRA, 2013), la crisis de los refugiados (Fuego en el mar, 2016) y la situación en Oriente Medio (Notturno, 2020). El documentalista Ulrich Seidl contribuyó al tema de personas curiosas con gustos extraños primero con En el sótano (2014), un extraño panóptico de varias bodegas austriacas y sus propietarios, y luego con Safari (2016), en el que visitó el mundo de los cazadores de trofeos. El documentalista Dan Přibáň hizo una serie de diarios de viaje poco convencionales al viajar alrededor del mundo en un viejo Trabant, compuesta, entre otras, por las películas Trabant Goes to Africa (2011) y Trabant at the End of the World (2014). El documental deportivo Red Army. La guerra fría sobre el hielo (2014) abordó la historia del equipo de hockey soviético, mientras que los partidos específicos de hockey de los Juegos Olímpicos de Nagano y la rivalidad entre soviéticos y checoslovacos fueron tratados en The Nagano Tapes (2018). Las películas deportivas Esto no es California (2012) y King Skate (2018) contaron la historia del skateboarding en los países del bloque socialista. El documental The Crash Reel (2013) era sobre snowboarding, mientras que Fastest (2011) y Alcanzando el Ápex (2015) mostraron el mundo de las carreras de motos, y la película 1 (2013) presentó la historia de las carreras de fórmula. El documental ganador del premio Óscar Free Solo (2018) se centró en la personalidad del escalador Alex Honnold y su peligrosa ascensión a la pared de roca El Capitán, mientras que el documental The Dawn Wall (2017) abordaba la escalada del macizo casi perpendicular en la modalidad de escalada libre.

Asif Kapadia, que primero triunfó con la película sobre el piloto de Formula 1 Ayrton Senna (Senna, 2010), luego ganó un Óscar por su documental sobre la cantante Amy Winehouse (Amy (La chica detrás del nombre), 2015), y después hizo una película sobre el futbolista Diego Maradona (Diego Maradona, 2019). Otros documentales biográficos de otros cineastas giraron en torno a personalidades, como el artista de arte callejero Banksy (Exit Through the Gift Shop, 2010), los cantantes Lemmy Kilmister (Lemmy, 2010), Ozzy Osbourne (God Bless Ozzy Osbourne, 2011), Freddie Mercury (Freddie Mercury: The Great Pretender, 2012) y Roger Waters (Roger Waters the Wall, 2014), el crítico de cine Roger Ebert (Life Itself, 2014), el guitarrista Keith Richards (Keith Richards: Under the Inflluence, 2015), el cantante Kurt Cobain (Kurt Cobain: Montage of Heck, 2015), el bailarín de ballet Sergei Polunin (Dancer, 2016) o el actor porno Rocco Siffredi (Rocco, 2016). Entonces, por ejemplo, el actor Robin Williams (En la mente de Robin Williams, 2018), la jueza Ruth Bader Ginsburg (RBG, 2018), la cantante Whitney Houston (Whitney, 2018), el presentador de programas infantiles Fred Rogers (¿Quieres ser mi vecino?, 2018), el cantante de ópera Luciano Pavarotti (Pavarotti, 2019), la cantante Taylor Swift (Miss Americana, 2020), la activista Greta Thunberg (Yo soy Greta, 2020) y la cantante Billie Eilish (Billie Eilish: The World’s a Little Blurry, 2021). Se rodaron varios documentales sobre los Beatles y sus miembros, incluido George Harrison: Living in the Material World (2011), The Beatles: Eight Day a Week - The Touring Years (2016), How the Beatles Changed the World (2017) o Made on Merseyside - The Beatles (2018).

 

Documentales de televisión y series documentales

En Estados Unidos y Gran Bretaña se producían documentales y series documentales desde finales de la década de 1940, centrados en temas históricos, bélicos y noticiosos, como la serie bélica Crusade in Europe (1949) o The Armed Forces Hour (1949-1951). En la década de 1950, esta tendencia continuó con programas documentales estadounidenses como The Big Picture (1951-1964), Wide Wide World (1955-1958) y The Twentieth Century (1957-1970) en la NBC, ABC y CBS, mientras que en Gran Bretaña la BBC dominaba los documentales. Los pioneros de los documentales de naturaleza fueron la serie británica Zoo Quest (1954-1963) y el programa estadounidense Zoorama (1955-1970). La producción de documentales de televisión en Estados Unidos en la década de 1960, denominada posteriormente la edad de oro de los documentales televisivos, fue rica en proyectos más comprometidos y políticos que en décadas anteriores. Además, se empezaron a producir en EE.UU. diarios de viaje para televisión (Expedition!, 1961-1962) y documentales sobre personalidades de Hollywood (Hollywood and the Stars, 1963-1964). Entre las producciones británicas, cabe destacar la serie bélica The Great War (1964) o las series de naturaleza The World About Us (1967-1987) y Survival (1961-2001). En la década de 1970, el género documental televisivo creció con otras series importantes, como la serie científica estadounidense Nova (desde 1974), la serie científica británica La vida en la Tierra (1979), la serie histórica El mundo en guerra (1973-1974) y la serie documental Everyman (1977-2000).

El interés por los documentales aumentó en las décadas siguientes con la incorporación de la programación de la televisión por cable, y el número de documentales creció considerablemente con la producción de emisoras especializadas como Discovery Channel (a partir de los años 80), The History Channel y Animal Planet (a partir de los 90), y National Geographic (a principios del siglo XXI). En EE.UU. comenzó a producirse la serie biográfica American Masters (desde 1985), la científica Cosmos (1980), la histórica The Civil War (1990) y las series sobre naturaleza Nature (desde 1982) y National Geographic Explorer (desde 1985), mientras que en el Reino Unido se hicieron muy populares las series de historia natural y ciencia The Natural World (1983), The Living Planet (1984) y The World of Strange Powers (1985), y en la década de 1990, The Trials of Life (1990), La vida privada de las plantas (1995), The Human Body (1998), La vida de las aves (1998), The Planets (1999) y Caminando entre dinosaurios (1999). Además, se rodó la serie documental musical británica The Beatles Anthology (1995) y la serie documental bélica alemana Hitler's Henchmen (1996-1998).

En el nuevo milenio, la BBC continuó rodando series sobre naturaleza y ciencia, de nuevo muy elogiadas y exitosas, por ejemplo, Hiperespacio (2001), Planeta Azul (2001), La vida de los mamíferos (2002-2003), Planeta Tierra (2006), Tierra: El poder del planeta (2007), Life (2009), Planeta Helado (2011), Planeta Tierra II (2016), Planeta azul II (2017) y Siete mundos, un planeta (2019). A los conflictos bélicos se dedicaron, entre otras, las series La Primera Guerra Mundial (2003), La Segunda Guerra Mundial en color (2009), El infierno de la primera guerra mundial (2012) y La guerra de Vietnam (2017). El tema de la guerra también unía a varias miniseries documentales francesas del ciclo Apocalipsis, del que destacan las partes Apocalipsis: La Segunda Guerra Mundial (2009) y Apocalipsis: La Primera Guerra Mundial (2014). Otras series que merecen ser mencionadas son Zero Hour (2004-2007), La historia no contada de los Estados Unidos (2012-2013), Making a Murderer (2015-2018) y Formula 1: La emoción de un Grand Prix (2019-2021).

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